Cion sonrió, aliviado, de ver la reacción positiva de su hermanito. Se inclinó y lo abrazó con ternura.
—Sí, Javier, seremos una familia de verdad, Lidia te ama mucho, y estoy seguro de que seremos muy felices los tres juntos. —Dijo Cion con un nudo en la garganta por la emoción de saber que ahora podría estar junto a las dos personas más importantes para él.
Los tres se abrazaron con fuerza, fue entonces que un golpe en la puerta los interrumpió apareciendo Diego frente a ellos. Lidia miró a Diego y este les hizo un pequeño gesto con la mano para llamarlos “¿Qué sucede?”Se preguntó Lidia.
— ¿Qué sucede Diego? —Pregunto Lidia cuando salió de la habitación.
—Él consiguió un lugar lo suficientemente grande para ustedes, tiene cinco habitaciones y es bastante amplia, creo que es bastante seguro y está hecha con buenos materiales, así que… —Diego se quedó en silencio.
— ¿Dónde está ubicado? —Lidia mostró una pequeña sonrisa y luego volvió a preguntar.
—Está en las colinas, hay una amplia pradera en el lugar y no hay muchas personas viviendo allí, así que será un sitio pacífico y agradable para ustedes. —Respondió Diego viendo que Cion salía de la habitación para unirse a la conversación.
Lidia miró a Cion y le sonrió para luego darle la noticia de que habían encontrado un nuevo lugar para ir a vivir, un nuevo espacio el cual se convertiría en su hogar, Cion mostró una sonrisa, pero no parecía completamente contenta, por lo que Lidia se preocupó, dándose cuenta entonces que Cion sujetaba su espada con firmeza “Es verdad, yo… No lo pensé, Cion, él, él tendrá que renunciar a ser un caballero, algo por lo que se esforzó tanto” Lidia pensó sujetando la mano de Ción de la empuñadura de la espada.
—Cion, tranquilo, todo va a estar bien, estoy seguro. —Lidia le mostró una sonrisa tranquilizadora a Cion.
Luego ella lo acompaña para entrar ambos a la habitación nuevamente para seguir hablando entre ellos. Esa misma noche, mientras todos dormían, Lidia se levantó de la cama donde dormía junto a Cion y Javier, dejando a estos dos solos en la cama mientras ella se dirigía a la habitación de Diego. Lidia tocó la puerta del cuarto de Diego y vio a este salir de allí sin camisa medio desnudo y con su cabello mojado, Lidia lo miro viendo todas las cicatrices que este tenía en su cuerpo, luego tomo aire y comenzó a hablar.
—¿Puedo entrar? Necesito hablar algo contigo. —Pregunto Lidia esperando que Diego la dejara acceder a su habitación.
—Está bien, entra. —Respondió Diego.
Al entrar en la habitación, Lidia se dio cuenta de que el cuarto de Diego era incluso más modesto del que tenía ella, solo contaba con una pequeña mesa y una cama, “Este lugar es muy pequeño… ¿Dónde debería sentarme?”Se preguntó Lidia mirando solo una silla frente a la mesa. Entonces noto que Diego le indicaba la silla y él se sentaba en la cama.
— ¿Qué sucede? ¿Tienes algo que decirme? —Pregunto Diego mirando a Lidia, quien apenas estaba en camisón.
—Yo, hm… Esto es incómodo, sé que ya has hecho bastante por Cion y por mí, pero, quisiera pedirte un último favor. —Dijo Lidia mirando a Diego frente a ella, observándola detenidamente mientras se secaba el cabello.
Diego se puso de pie y dejo su toalla en la mesa mirando a Lidia con inquietud “Ella es muy hermosa e inteligente, también es amable y bondadosa, pero… Siento que oculta algo, no puedo confiar por completo en ella, algo me dice que no es solo una simple mujer, hay… Amigo (Cion) en serio, ¿no pudiste encontrar una mujer más tranquila, reservada y sencilla?, aunque de cierto modo siento que entiendo, cualquiera se sentiría cautivado por la belleza de Lidia” pensó Diego mientras miraba por unos segundos detenidamente a Lidia.
—No estoy seguro, puesto que no me ha dicho que favor necesita, aunque todo se esperaba si está dentro de mis posibilidades. —Dijo Diego mientras desviaba la mirada al sentirse algo incómodo por la belleza de Lidia.
—Quisiera… Quisiera que puedas conseguir algún trabajo de escolta o guardia para Cion en el lugar a donde iremos a vivir, Cion, él se ha esforzado mucho para ser un caballero y no puedo, no puedo arrebatarle eso para que este conmigo, quiero que él sea capaz de hacer lo que le gusta estar a mi lado, quiero que sea feliz. —Lidia se acomodó el cabello mientras contestaba a Diego explicándole lo que pensaba.
Diego miró a Lidia sin evitar que una sonrisa se escapara de sus labios, este se sintió feliz al darse cuenta de que Lidia amaba tanto a su amigo.
—Eso será algo difícil, Lidia, Cion solo es un caballero de origen plebeyo y los nobles suelen ser muy discriminadores, aun así, lo intentaré, veré que es lo que puedo hacer, aunque no puedo asegurarte nada concreto. —Respondió Diego frotándose el cabello.
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