—No, eso no podrá ser, yo traeré a los caballeros que te escoltaran desde mañana, quiero presentarte como la futura princesa yo mismo, quiero que les quede claro a todos que deben de respetarte y tratarte con el mayor cuidado posible. —Dijo el príncipe mientras que Lidia fruncía el ceño y se daba la vuelta molesta.
Al terminar la conversación el príncipe salió de la habitación y Lidia se quedó allí completamente sola, esta se recostó sobre la cama y saco el broche para el cabello que Cion le había regalado, lo observo algunos minutos y luego lo apretó sobre su pecho deseando poder verlo al día siguiente “¿Debes de tener muchas preguntas? Quiero… Quiero verte pronto, apenas te vi hace unas horas y yo, yo ya te extraño Cion” pensó Lidia mientras se dormía sosteniendo el broche del cabello que Cion le había obsequiado. A la mañana siguiente Lidia se levantó temprano y se arregló para verse hermosa a la hora que llegara el príncipe. “Esta es la manera más fácil de hacer que ese tipo baje la guardia” pensaba Lidia, cuando se escuchó a este al otro lado de la puerta del cuarto de Lidia para luego entrar, Lidia se dio cuenta de que el príncipe Ryan había dejado a algunas personas afuera, pero no pregunto nada y solo se centró en complacer al príncipe.
—Su alteza, es un placer verlo tan temprano esta mañana. —Dijo Lidia mostrando una hermosa sonrisa.
—Eso debería decir yo, mi princesa, te ves tan hermosa desde tan temprano que me iluminas el día con tu presencia. —Dijo el príncipe mientras tomaba la mano de Lidia y la besaba seductoramente.
Lidia sonrió mientras quería parecer encantada por el trato del príncipe hacia ella “Él es bastante guapo y seductor, pero… No es mi tipo” pensó Lidia viendo al príncipe sonreírle para luego hablar fuertemente en voz alta.
—Lidia, mi princesa, me pediste tener de escolta a uno de cada escuadrón de caballeros, dijiste que querías a los mejores, así que los he traído para ti. —El príncipe paso a un costado de Lidia y paso su mano por la cintura de esta con cuidado.
Lidia sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras que sentía la mano del príncipe sujetar su cintura “Esto… ¿Por qué me molesta tanto?” Se preguntó Lidia cuando escucho al príncipe comenzar a llamar a cada uno de los caballeros que escoltarían a Lidia desde ese día.
—Cristian, pasa y preséntate ante la futura princesa del reino, mi querida Lidia. —Dijo el príncipe.
Cristian, un hombre alto, moreno y de cabello rojizo, entro en la habitación y se presentó ante Lidia con gran caballerosidad.
—Mis saludos señorita Lidia, yo soy Cristian, hijo del duque Fabio y caballero del escuadrón Diamante, quien ha jurado su lealtad a la familia real, espero poder serle de utilidad a la señorita, y me encargaré que mi cuidado no incomode a la señorita. —Se presentó Cristian con completo respeto.
—Bien, bien Cristian, ahora Mark entra… —Llamo el príncipe al siguiente caballero.
Lidia miró directamente a Cristian y luego a Mark con miedo a quien seguiría después “Parece que no ha traído a Cion, debí de imaginarlo… ¿Qué debería hacer? Tengo que hablar con él” pensaba Lidia mientras que Mark se presentaba.
—Saludos, señorita, bueno, yo soy Mark, soy hijo del Conde Gonzalo y, bueno, soy del escuadrón plata, seré su escolta desde el día de hoy. —Dijo Mark, quien tenía un cabello castaño y ojos azules con una mirada arrogante.
El príncipe frunció el ceño al escuchar la forma en que se había presentado Mark, pero no lo reprendió y, en cambio, decidió llamar al siguiente escolta.
—Camila pasa adelante. —Dijo el príncipe llamando a una hermosa, caballero femenino de cabello corto y rubio, con intensos ojos negros.
—Buenos días, señorita, yo soy Camila, hija del capitán de los caballeros plata, también conocido como el barón Ezequiel, me he criado entre caballeros y soy muy competente en mi trabajo, así que no la defraudaré, le prometo que la mantendré a salvo y daré mi vida por su seguridad si es necesario, espero que mi presencia no le incomode, intentaré pasar desapercibida tanto como sea necesario. —Se presentó Camila como caballero femenino, mostrando gran respeto hacia Lidia.
Al acabar de presentarse Camila, Lidia miro al príncipe esperando que este llamara al último caballero que se le sería presentado como escolta para ella “Cion, por favor…” pensó Lidia mientras que cerraba los ojos y mordía su labio deseando que el príncipe hubiese elegido a Cion como su siguiente escolta.
El príncipe se aclaró la garganta y luego llamo al último escolta que le sería asignado a Lidia.
—Por favor tú, entra ya y deja de perder el tiempo afuera Cion. —Dijo el príncipe mientras que fruncía el ceño molesto al ver entrar a Cion a la habitación.
Lidia que vio entrar a Cion a la habitación suspiro aliviada viendo como este la observaba frunciendo el ceño.
—Vamos Cion, preséntate. —Dijo el príncipe ordenándole con voz brusca a Cion que se presentara ante Lidia.
—Hah… Bien, yo soy Cion, caballero bronce, y soy un plebeyo, espero me deje cumplir mi tarea de escoltarla sin problemas SEÑORITA. —Dijo Cion remarcando la palabra “Señorita” al presentarse ante ella.
Lidia miró a Cion y mordió su labio al querer poder explicarle de inmediato de que se trataba todo lo que estaba pasando, pero en ese momento le era imposible explicarle nada, ya que el príncipe se encontraba allí con ellos y los otros escoltas los observaban. “Cion, por favor no me mires de ese modo, Cion” Lidia miro Cion unos segundos y luego desvió la mirada a los demás escoltas para así no levantar sospechas.
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