Lidia molesta apretando los puños.
Fue entonces que Lidia se dio cuenta de que la luz dorada en los ojos de Helen se desvanecía y esta caía de rodillas al suelo sin entender lo que había sucedido.
— ¿Qué? Sé… Señorita ¿Qué?, hm… Lamento que tuviera que verme en este estado, seguramente es por el cansancio, lo siento no volverá a suceder, lamento que viera una escena tan vergonzosa y lamentable de mi parte al caerme de este modo. —Dijo Helen avergonzada.
Lidia, entendiendo que Helen parecía haber olvidado lo que había sucedido, intento seguirle la corriente e ignorar lo que había sucedido para que así Helen no se asustara “Ella no parece una mala persona, seguramente solo sigue las órdenes del príncipe porque es su trabajo” pensó Lidia mientras ayudaba a Helen a levantarse del suelo y a sentarse en el sofá.
—No te preocupes, Helen, no le contaré a nadie lo que te sucedió, así que puedes estar tranquila. —Dijo Lidia pensando en cómo podría usar a Helen para salir de allí.
Lidia sonrió tiernamente queriendo ganarse el completo cariño de Helen, ya que esta podría ser su boleto de salida de aquel gran palacio “El príncipe que salía en el libro era completamente obsesivo y arrogante, pero aun así no se parece en nada al príncipe que me trajo hasta aquí, el príncipe que conocí aquí es aún peor, tome la decisión correcta en acompañarlo hasta aquí porque podía dañar a mis seres queridos, pero ahora, ahora debo de pensar en cómo escapar y para eso necesitaré de esta mujer, Helen será mi boleto de salida… Diosa, aunque digas que mi destino ya está escrito, yo no pienso seguir ese camino, me niego a ser una pieza más en tu juego” Lidia camino hacia la mesa de té que estaba en la habitación y le sirvió un vaso de agua a Helen fingiendo estar preocupada por ella.
— ¿Te sientes mejor? —Pregunto Lidia.
—Sí, sí, señorita, gracias. —Helen miro a Lidia con cariño y Lidia uso su influencia, la cual había sido dada a ella por la misma diosa al hacerla la protagonista.
—Bien, señorita, sería mejor que… Que se prepare para la cena con la reina. —Dijo Helen mientras se levantaba del sofá y tomaba la mano de Lidia para llevarla a la tina.
Lidia miró a Helen mostrándose indefensa y triste para ganarse la simpatía de esta “La diosa que tanto me quiere obligar a seguir el destino me dio todas estas cualidades, ella hizo a los protagonistas con el carisma necesario para poder manipular a las personas, sé que no debería usar eso a mi favor, pero ni modo, debo salir de aquí” Lidia miro los pétalos que flotaban sobre el agua de la tina mientras que ella se sumergía en esta haciendo que Helen sintiera lástima por ella.
—Señorita, ¿está bien? —Pregunto Helen.
—Yo… Sí, sí, bueno yo, tú sabes que yo no quiero estar aquí, pero… —Lidia bajo la mirada en silencio, mirando de reojo la reacción que mostraría Helen ante las acciones que ella estaba haciendo.
Helen miró a Lidia con pena, pero aun así aún no era capaz de desafiar a la familia real por ella “La señorita Lidia parece una mujer tan buena y gentil, ella no me gritó ni se molestó por haberme caído por cansancio hace unos minutos, ella es muy buena, entiendo por qué el príncipe la quiere tanto, pero… Pero aun así da un poco de pena, ya que pareciera que la señorita Lidia se siente infeliz aquí” Helen limpiaba los brazos de Lidia con una esponja, sintiendo claramente la suavidad de la piel de esta.
—Señorita, ya terminé de bañarla, vamos, póngase la bata para que la lleve a maquillarse antes de ponerse el vestido. —Helen abrió la bata frente a Lidia para que ella se la colocara.
—Gracias Helen, eres muy amable… Oye, ¿es necesario que yo vaya a esa cena? Digo, no tengo por qué tener una cena con la reina, yo no una dama noble entonces… —Lidia se miraba al espejo mientras que Helen la maquillaba.
—No sé mi señorita, pero el príncipe fue quien me ordeno prepararla y mi deber es obedecer, aunque… Bueno, la reina jamás le niega nada a su hijo, así que me temo que si él quiere que usted asista a la cena nadie podrá impedirlo. —Respondió Helen mientras peinaba el cabello de Lidia.
Lidia sonrió con tristeza mientras escuchaba las palabras de la sirvienta “Como puede ser que esa mujer siendo la reina no pueda controlar al loco de su hijo, es ilógico… Hah, tendré que hacer lo que sea para que esa mujer me rechace, tengo que hacer que me desprecie y me eche del palacio, e incluso si eso no funciona, por lo menos el salir a la cena me servirá para conocer como es el palacio fuera de esta habitación. Al llegar no tome demasiada atención a los alrededores, pero ahora tendré que fijarme a detalle de todo para encontrar una forma de salir de aquí” Pensó Lidia mientras se miraba en el espejo.
—Le haré un peinado hermoso señorita, ya verá, será la más linda de todas las damas del imperio. —Dijo Helen.
—No, por favor solo deja mi cabello suelto, no quiero ningún peinado, prefiero lucirlo más natural. —Respondió Lidia mientras que miraba con cariño a Helen.
—Bien señorita, si usted lo desea de esa manera, entonces así será, estoy segura de que de todas formas será la mujer más hermosa que se haya visto en este palacio. —Respondió Helen al pedido de Lidia.
Luego de terminar de maquillarla y peinarla, procedieron a vestirla, un hermoso vestido blanco con detalles verde limón. Al acabar Lidia espero sentada frente la ventana la llamada del príncipe para dirigirse a la cena con la reina “Tengo que estar preparada, no puedo dejar pasar ni un solo detalle, aparte… Debo hacer que la reina me odie, pero que no se atreva a matarme” Lidia dio un suspiro y deseo ver a Cion por la ventana viendo afuera del palacio el sol comenzar a esconderse.
[Toc toc]
—Adelante. —Respondió Lidia.
Viendo así delante de ella a ocho caballeros y dos sirvientas junto a Helen, quienes la guiarían hasta el comedor real para cenar con la reina y el príncipe Ryan “Esto es ridículo, sigo pensando que todo esto es culpa de esa diosa que se niega a dejarme seguir mi propio camino, y seguramente está haciendo lo mismo con el resto de los personajes de la novela” pensó Lidia creyendo que el príncipe también estaba siendo manipulado por la diosa para seguir el destino y así juntarla a ella y a él a la fuerza. Al llegar al comedor, Lidia vio una hermosa mujer de cabello negro esperándola sentada en el comedor, la mirada arrogante de la reina dejaba claro su personalidad, “Esto será difícil” supuso Lidia.
— ¿Esta es la muchacha que querías que viera hijo? —Pregunto la reina mirando a Lidia de pies a cabeza.
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