Helena lo observo entendiendo lo que este había hecho, ambos se conocían lo suficiente para no tener que explicar sus acciones o decisiones con palabras, por lo que las demás personas parecían desconcertadas, mientras que entre Noah y Helena todo parecía estar completamente en orden.
—Señora Karina, mi madre aún no ha llegado, puedes pasarme tu sala de descanso unos minutos, y por favor me permitirías contar con la compañía de la joven. —Dijo Helena mientras se volteaba a mirar a la mujer que acababa de ayudar.
Karina accedió rápidamente, guiándola a la sala de descanso que se encontraba en la boutique, mientras que Noah las seguía, al entrar en la sala de descanso, Noah saco un libro de un estante y se sentó en un sillón apartado, mientras que Helena y la mujer comenzaba hablar.
—Señorita, yo, lo siento, por mi culpa, usted tuvo un momento bastante incómodo, yo…-La mujer iba a seguir hablando, pero Helena la interrumpió rápidamente.
—No tienes por qué disculparte. Ese hombre no tiene derecho a tratar así a las personas. El hecho de que tenga un título no lo hace mejor que nadie. Todos somos iguales en este mundo. Si le quitaras su dinero y su título, sería igual que tú o cualquier trabajador del reino. Y si tú tuvieras el respaldo adecuado, serías igual o incluso mejor que él. Lo único que importa es lo que llevas en el corazón: tu amabilidad, tu empatía, el respeto que muestras a los demás sin importar su estatus, y, sobre todo, ser una persona sin prejuicios. Eso es lo que realmente importa, eso es lo que te define y te hace mejor que personas como el barón Bauer. —dijo Helena, mientras la mujer comenzaba a llorar.
—Señorita, yo… Tenía, tenía tanto miedo, él, dijo que me llevaría a la calle doce, tuve tanto, tanto miedo. —Hablo la mujer desahogando por fin sus verdaderos sentimientos sobre lo que había sucedido.
Helena se acercó aún más a ella y la abrazo con cariño, mientras que la mujer se aferraba a ella. Noah que observaba de reojo lo que estaba sucediendo entre la mujer y Helena, repentinamente se volteó escuchando un pequeño sonido fuera de la puerta de la sala de descanso “¿Qué fue eso?” Se preguntó, pero decidió no hacer nada, puesto que el ruido solo había durado un par de segundos, “Parece que había alguien afuera” pensó Noah para luego ver a la mujer que estaba con Helena levantarse de su silla y dirigirse hacia él.
—Joven, muchas gracias, si no fuera por ustedes dos, quizás yo ya no estaría aquí, quizás mi vida se hubiera acabado por completo a como he vivido hasta ahora, de verdad joven, usted es una persona muy valiente, muchas gracias. —Dijo la mujer sintiendo que su vida había sido salvada por los dos jóvenes frente a ella (Helena y Noah).
(Afuera)
—Condesa, lo que sucedió hace un momento, espero que no… —Karina iba a seguir hablando, pero la condesa la detuvo rápidamente.
—No quiero volver a ver que algo así suceda cerca de mi hija ¿Queda claro?, si no fuera por él (príncipe Noah) mi hija podría haber salido lastimada, dale las gracias al él antes de que se marchen, si él no hubiera estado y mi hija hubiera salido lastimada, tendrías que olvidarte de todo mi apoyo en las boutiques que te he patrocinado. —Hablo la condesa molesta.
La condesa caminó hacia la puerta de la sala de descanso escuchando lo que sucedía dentro, por una pequeña rendija logro ver a Helena tranquilizando a la trabajadora, mientras que Noah les daba su propio espacio para que estas no se sintieran incómodas “Si no hubiera visto con mis propios ojos lo que paso, no lo hubiera creído, todos decían que el príncipe era alguien inseguro, que no le importaba su pueblo, pero estoy segura de que él y mi esposo, han sido los únicos hombres que he visto defender a alguien de bajo estatus sin esperar nada a cambio, los únicos nobles que han actuado de esa manera han sido ellos… Tal vez el príncipe” La condesa miraba al príncipe por la rendija de la puerta cuando noto que este repentinamente volteaba su cabeza a mirar hacia donde se encontraba ella, está asustada por haber estado espiando, dio un paso atrás rápidamente y salió de la boutique.
—Dile a mi hija que ya he llegado, la esperaré en el carruaje, envía los trajes de mi hija y del príncipe a la mansión cuando termines las últimas modificaciones, y en dos días es el banquete, así que quiero a todas en la mansión para encargarse del maquillaje y vestuario de ambos. —Dijo la condesa refiriéndose a Helena y el príncipe.
Al volver junto a la condesa a la mansión, pudieron notar que en ella los esperaban algunas personas. Helena camino detrás de la condesa cuando vio al duque salir de la mansión, mientras detrás de él aparecía una figura conocida.
—Lilian, Lilian, al fin has llegado… —Dijo Helena caminando rápidamente hacia uno de los caballeros y abrazándolo impulsivamente.
La condesa confundida noto la cercanía de Helena y la joven caballero, notando también que al lado de esta se encontraba un pequeño lobo.
— ¿Qué es esa cosa? —Pregunto la condesa preocupada al ver los filosos colmillos del lobo, quien se acercaba cariñosamente a la pierna de Helena.
—Ese pequeño es la querida mascota de tu hija, Helena se ha encariñado mucho con él desde hace algún tiempo, aunque no pudo traerlo con él durante el viaje porque el pequeño seguía un poco débil.-Dijo el duque mientras que la condesa miraba a Helena sonreír contenta por la llegada del pequeño lobo y su amiga caballero.
Comment