Helena miró a su alrededor viendo como todos los sirvientes encontrados en la cocina la miraban molestos, todos parecían susurrar entre sí, mientras que Helena intentaba ignorarlos para concentrarse solamente en lo que le prepararía al príncipe.
*— ¿Escuchaste lo que dijo el príncipe? La esperará en su habitación— Los susurros de algunas de las sirvientas se hacían obvios ante los oídos de Helena.
*—Qué asco, ¿Cómo puede hacer algo así con alguien como él? —Susurro.
* —Bueno, supongo que hacen buena pareja, ja, ja, ja… A fin de cuenta, ella es solo una huérfana plebeya y él un ser olvidado por sus propios padres. —Susurro.
*-El príncipe finge autoridad, decencia y dignidad, pero solo es un príncipe olvidado que nadie siquiera considera de la realeza. —Las palabras de las sirvientas se volvían cada vez más molestas en los oídos de Helena.
Helena, molesta al escuchar como algunas mucamas comenzaban a susurrar entre ellas sobre el príncipe, se volteó, sin espera que alguien más interfiriera en la conversación de las mujeres.
— ¡Ustedes! ¿Qué creen que hacen al hablar así de su alteza? —Grito un caballero joven de cabello castaño, este se veía realmente molesto fijando su mirada en las sirvientas que habían estado hablando del príncipe.
—No, caballero Evans, por favor no es lo que cree… —Dijeron las mujeres mientras que se sonrojaban nerviosas.
El caballero miró a Helena y luego a las demás sirvientas y dio un suspiro molesto.
—Ustedes vendrán conmigo, no puedo permitir que personas tan irrespetuosas que no conocen su lugar sirvan al príncipe, vengan conmigo. —Dijo el caballero con una voz decidida mientras sacaba una manzana de una canasta y se marchaba llevándose a las tres sirvientas que habían estado susurrando sobre su alteza.
Helena, sorprendida, miro a los demás sirvientes, dándose cuenta de que la cocina se encontraba en completo silencio “¿Qué sucede aquí?” Pensó Helena terminando de preparar el desayuno del príncipe y marchándose de la cocina hacia la habitación de su alteza. Durante las siguientes horas, Helena estuvo conversando con el príncipe sobre las demás ideas que habían estado refinando para mantener la seguridad del territorio.
— ¿Dices que hay quienes abusan de su poder y ponen a trabajar a niños pequeños? Eso no puede ser posible, desde que llegué al territorio y pude hacerme cargo de este lugar siempre me he encargado de dar una buena cantidad de dinero para financiar esos hogares. —Dijo el príncipe, pero Helena bajo su mirada recordando todo lo que había tenido que vivir de niña.
Helena no quería que el príncipe sintiera lástima por ella, era por esa razón que no deseaba decirle como había sido su infancia en realidad, siempre se había encargado de evitar el tema de como había llegado a vivir sola en aquella cabaña con los niños y sin ningún adulto que los cuidara.
—Príncipe, sé que puede ser difícil, pero no todos son buenos en esos lugares, no todos quienes ofrecen sus servicios para cuidar a los niños son buenas personas, muchos de ellos se aprovechan de su autoridad para aprovecharse de los pequeños. —Helena desvió la mirada y tomo otro de los documentos sobre el escritorio.
El príncipe, al ver la reacción de Helena, dio un suspiro y se levantó de su asiento.
—Creo que será mejor que descanses un momento Helena, mejor ve a ver a tus hermanos, asegúrate que estén bien. —Dijo el príncipe viendo como Helena se levantaba y despedía rápidamente para salir de la habitación.
El príncipe al ver que Helena ya se había marchado, camino hacia su escritorio y saco una llave para abrir el cajón oculto que se encontraba por debajo de este, al abrir aquel cajón se dejó ver un documento bastante extenso “No quería tener que leer esto, pero creo que será necesario, preferiría que ella me cuente por su propia cuenta su pasado, pero si es como yo pienso.” El príncipe intentó calmar sus pensamientos y levanto el documento comenzando a leer. En aquel extenso documento se describía toda la infancia de Helena y la de sus hermanos. Todo lo que ellos habían tenido que vivir en aquel hogar de niños, todos los abusos que habían sufrido y como habían escapado de allí para terminar viviendo solos en medio del bosque, en una pequeña cabaña casi en ruinas y abandonada, siendo solo niños pequeños.
— ¿Todo esto es cierto?… No lo puedo creer, Robert me había dado un pequeño reporte sobre Helena y su pasado, pero… No pensé que fuera algo como esto. —El príncipe se llevó la mano a la cabeza, molesto al ver todo lo que habían sufrido Helena y sus hermanos, y como aún a pesar de todo, sonreían tan alegremente.
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