—Helena, la próxima vez espero que no te pongas en peligro, dime directamente a mí o alguien del castillo sobre tus preocupaciones y haremos lo posible para ayudarte, de todas formas, yo iba camino a buscar a tus hermanos, doy gracias por haberte encontrado a tiempo. —Dijo el príncipe para luego quedaré completamente en silencio.
Luego de unas dos horas caminando comenzaban a acercarse a la cabaña para escuchar repentinamente un fuerte estruendo y varios gruñidos “¡No, los niños!” Helena se bajó rápidamente del caballo y comenzó a correr hacia la cabaña, Noah al ver a Helena correr de esa manera se adelantó sujetando a esta por la cintura para detenerla. Helena, al darse cuenta de la fuerte mano que la estaba sujetando, miro al príncipe preocupada y ansiosa por los niños que se encontraban solos en la cabaña.
—Tranquila, no pasa nada, ven conmigo sujétate fuerte. —El príncipe tomo con uno de sus brazos a Helena levantándola del suelo mientras corría hacia la cabaña.
Helena se aferró fuertemente al príncipe hasta que rápidamente se encontró frente la puerta de la cabaña, mientras que el príncipe comenzaba a luchar por su propia cuenta con los monstruos. “Son demasiados, debo hacer algo” pensó Helena, pero al abrir a puerta de la cabaña pudo ver a los niños llorando frente a ella, dos de los más pequeños se acercaron a Helena y la miraron con lágrimas en los ojos.
— ¡Hermana Helena! ¡La hermana Helena está aquí! —Grito la niña que miraba a Helena con esperanza.
—Niños tranquilos, vamos todos diríjanse al escondite, todo estará bien, el príncipe ha venido a protegerlos. —Dijo Helena dándole esperanzas a los niños al saber que alguien fuerte había ido a cuidar de ellos.
Helena nerviosa tomo la mano de uno de los niños mientras guiaba a los demás a esconderse, al dejar a todos allí, ella volteó a mirar fuera de la cabaña viendo al príncipe peleando con su hacha contra los monstruos. “Él no podrá solo, es fuerte, pero esos monstruos también lo son y son demasiados para que lidie el príncipe solo con ellos” Helena cerró la puerta del escondite y se dirigió rápidamente hacia Noah.
— ¡Su alteza! —Helena desde el marco de la puerta de la cabaña se encuentra con una ballesta la cual usaba para poder ayudar al príncipe.
El príncipe miró a Helena sorprendido al notar que a pesar de que Helena estaba asustada y sus manos no paraban de temblar, esta intentaba mantener la calma para no dejarlo solo, “Ella, está asustada” pensó el príncipe, pero aun así decidió no decir nada, ya que no quería menospreciar los esfuerzos que estaba haciendo Helena para apoyarlo. El príncipe vio como Helena con dificultad disparaba contra los monstruos, apuntando directamente hacia los ojos de estos. “Esto parece no acabar, cada vez llegan más” Helena, asustada, apretó con fuerza la ballesta viendo que las flechas y proyectiles se estaban agotando, hay no tenía mucho con que poder atacar y ayudar al príncipe. Fue entonces que un fuerte grito se escuchó y varios caballeros con espadas y armaduras corrieron hacia las criaturas, derrotando a estas entre todos fácilmente.
— ¡Su alteza! —Se escuchó el grito de todos los caballeros quienes habían ido en rescate al príncipe Noah.
Helena, sorprendida al ver a tanta gente armada, abrió los ojos haciendo que el príncipe se diera cuenta de inmediato de lo impactada que estaba, el príncipe al verla corrió hacia ella para ver su estado. “Esa gente, ellos están todos armados, son, son nobles, no, los niños se asustarán si ven a toda esa gente armada” pensó Helena sabiendo bien que los pequeños niños temían demasiado a los nobles, ya que en el hogar habían sido maltratados muchas veces por nobles antes de ser rescatados por Helena y sus amigos.
— ¡Helena, ¿estás bien? ¿Te lastimaste en alguna parte?! —Pregunto el príncipe preocupado mientras examinaba el cuerpo de Helena con la mirada.
—Su, su alteza, esa gente, ellos. —Helena miro al hombre que se encontraba parado detrás del príncipe caminando hacia ellos.
Noah notando la mirada de Helena hacia su espalda volteo frunciendo el ceño molesto, fue entonces que el hombre parado frente a él hizo una reverencia de respeto ante Noah, siendo seguido por la reverencia de todos los demás caballeros.
—Su alteza, es un honor para mí volver a ver a mi querido sobrino después de tantos años. —Dijo el hombre quien dejaba ver una pequeña sonrisa nostálgica en su rostro.
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