—Robert, ¿sabes por qué viene el duque? —Pregunto el príncipe mientras miraba fuera de la ventana de su habitación.
—No estoy seguro su alteza, el gran duque jamás se había presentado aquí, así que no puedo imaginar por qué vendría, aunque… —El mayordomo se quedó en silencio unos segundos.
— ¿Crees que es por mi hermano, verdad? —Hablo el príncipe mientras fruncía el ceño preocupado.
—Podría ser una opción, su alteza, el tercer príncipe Kuzel tendrá su banquete de mayoría de edad en unos meses, puede que la visita del gran duque tenga algo que ver con eso. —Respondió el mayordomo a las palabras de Noah.
Durante el resto del día, Noah se quedó sentado cerca de la ventana de su habitación, mirando directamente hacia el patio de entrenamiento, viendo allí a Helena ordenar y reparar el lugar junto a sus hermanos, parecían todos tan alegres y animados mientras trabajaban a la par, complementándose los unos a los otros. “Ellos, se ven tan felices juntos, puedo notar que son una familia feliz a pesar de las dificultades que han vivido” pensó el príncipe. A los pocos minutos el mayordomo entro a la habitación a entregar una pila de hojas dejándolas sobre el escritorio que estaba en el cuarto de su alteza.
— ¿Qué sucede Robert? —Pregunto Noah al ver la mirada de Robert algo oscura.
—Su majestad, se dice que se han visto nuevas bestias y monstruos en la orilla de la frontera, llevamos más de tres años sin tener avistamientos de ellos debido a que usted se deshizo de la mayoría la última vez, pero… Creo que esta vez es un poco diferente, puesto que me han dicho que junto a esas bestias se vieron goblins. —El príncipe, al escuchar las palabras del mayordomo, volteo directamente a tomar los papeles sobre el escritorio.
El mayordomo al ver al príncipe tan preocupado y concentrado salió en silencio “Esto es extraño, los monstruos y bestias jamás viajan juntos, menos aún atacan en el mismo lugar, ellos son territoriales, así que no pueden estar juntos para atacar a los humanos, esto es muy inusual” pensó el Noah revisando los papeles con completa seriedad. Al pasar las horas la puerta de la habitación del príncipe se abrió sin que este se diera cuenta hasta que una delgada mano se apoyó en el escritorio, aquellas manos se veían hermosas y frágiles, a pesar de notarse que habían pasado por grandes esfuerzos, el príncipe levanto la mirada viendo frente a él a Helena, quien lo veía con el ceño fruncido.
— ¿Helena que haces aquí? Deberías de haber tocado la puerta antes de… —El príncipe iba a seguir hablando, pero escucho a Helena resoplar fuertemente mientras que sus cejas se arqueaban aún más molesta.
—Estuve por más de diez minutos tocando la puerta, su alteza, me preocupé, así que decidí entrar, lo lamento, pero no tenía opción, ¿acaso sabe la hora que es? —Pregunto Helena mientras miraba al príncipe, quien por primera vez se había sentido intimidado por alguien de esa manera.
—He… No sé, Robert vino hace poco, así que… —El príncipe que estaba hablando se vio interrumpido nuevamente por Helena, quien puso sus dos manos sobre el escritorio inclinándose hacia el príncipe.
—Son más de las once de la noche su alteza, he venido más de cinco veces a preguntarle por si quiere ir a cenar, pero usted no ha contestado, el mayordomo me dijo que lo deje porque podía estar descansando, pero mire como lo encuentro, aquí está trabajando, ¿Qué cree que hace? Estuvo enfermo hace poco y ahora está trabajando tanto e incluso se está saltando la cena. —El príncipe que vio a Helena tan alterada se quedó en silencio.
Helena tomo los papeles que estaban sobre el escritorio y los hizo a un lado para luego tomar la bandeja y entregársela al príncipe obligándolo a comer, Noah al ver la acción de Helena sonrió disimuladamente “Puedo ver que esta acostumbra a cuidar a otros” pensó el príncipe al notar como se preocupaba Helena por cosas tan simples e insignificantes para él. Helena se quedó de pie frente a Noah, mirándola con el ceño fruncido mientras que él se servía la cena.
—Helena, ¿podrías sentarte?, es incómodo comer mientras estas ahí de pie vigilándome. —Dijo el príncipe mientras una pequeña sonrisa se escapaba de sus labios.
La mirada de Helena se agudizaba como si quisiera regañarlo, pero se sentó en silencio frente a Noah que levanto la taza de té y se la llevo a los labios mientras miraba a Helena observarlo, “Es tan dedicada, siempre necesitamos de alguien así en el castillo” pensó para sí mismo el príncipe levantando un pequeño plato con budín ofreciéndoselo a Helena.
—Es incómodo si soy el único que come, vamos, sírvete. —Agrego el príncipe, mirando detenidamente la reacción de Helena, quien acepto el plato y comenzó a comer.
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