Capítulo 84
“¿Qué… qué pasa?”
Con mirada preocupada, el barón Allen intentó sostener a Morgan mientras tropezaba, pero no pudo apuntalar adecuadamente a su hijo debido a que era de un físico mucho más corpulento que el suyo. En el momento en que Morgan estaba a punto de caer, papá lo sostuvo.
Mamá se dirigió apresuradamente al mayordomo.
“¡Llama al médico!”
Papá regresó a la mansión con Morgan a cuestas, se dirigió a uno de los dormitorios de invitados y lo tumbó en la cama.
Sin saber qué hacer, el barón Allen se paseó de un lado a otro, y luego, como si lo recordara tardíamente, se dirigió a mamá.
“No hace falta que llames al médico”.
“¿Perdón? Pero…”
“Varios médicos ya le han examinado antes, pero ni uno solo ha podido diagnosticarle. Aun así, afortunadamente, se recuperará bien después de algún tiempo. Así que, por favor, permítanos pasar la noche”.
“Por supuesto, no es nada difícil”.
Mamá miró preocupada a Morgan, que temblaba como si hubiera sucumbido a un ataque.
Esto lo confirma.
Morgan es un Esper.
Además de eso, es un Esper físico que se había manifestado recientemente.
Sin embargo, es muy diferente de lo que había leído en la novela.
En la novela, los únicos Espers eran el príncipe heredero y Ciel. Y la única Guía era la santa. Pero entonces, yo ya me había manifestado como Guía, y ahora había surgido otro Esper.
¿Qué se supone que debo pensar ahora?
Mis pensamientos se enredaban cada vez más, sin embargo reconocí que lo primero que tenía que hacer era ayudar a este Esper, que sufría de falta de guía.
Mamá, papá y el barón Allen parecían estar pensando cuidadosamente a quién mantener al lado de Morgan. Quizás el Barón Allen también quería ocultar a los demás que Morgan sufría una enfermedad.
“Yo lo cuidaré. Creo que será lo mejor”.
Con su expresión iluminándose de inmediato, el Barón Allen me respondió.
“¿Lo harás? Comprobaré los productos con tu padre y volveré rápidamente”.
“Querido, debes haberte sorprendido. ¿Estarás bien?”
Aunque preocupado por mí, no parecía que se opusiera a la idea. A diferencia de cómo era con Ciel, parecía que tenía más confianza en Morgan. Incluso mamá aceptaba de buen grado mi sugerencia.
No pude evitar sentirme un poco desconcertada, pero se trataba de una situación urgente. Asentí como respuesta.
“Entonces, Rin, haré que suban primero unas toallas y una palangana con agua. Pero si necesitas algo más, habla con el mayordomo para que me lo diga. Ya que tenemos invitados, debería tener la cena preparada pronto”.
“Sí, mamá. No te preocupes”.
Aunque sus ojos seguían mostrando evidentemente su preocupación por Morgan, tuvieron que salir por la puerta y abandonar la habitación. Era mejor terminar su trabajo del día antes del atardecer.
Ahora que me había quedado a solas con Morgan en aquel espacio tranquilo, me acerqué a él. Inmediatamente me compadecí de él, pues parecía estar sufriendo, y saqué un pañuelo para secarle el sudor.
Y, sin más demora, le cogí la mano. Sentí su energía enredada, y la fui desenredando poco a poco como si fueran hilos sueltos. Era bastante grave. Hasta ahora había estado usando su poder irreflexivamente porque no podía controlarlo.
Hay un límite para guiar con sólo nuestras manos en contacto, pero de una forma u otra, pude dejar fluir mejor una parte de su energía.
“Huu…”
Cuando terminé de guiarlo, dejé escapar una breve exhalación. Parecía que mi nivel de emparejamiento con Morgan no era muy bueno. Tuve que esforzarme más para guiarlo que cuando guié a Ciel.
Entonces, por fin confirmé que volvía a respirar de manera uniforme. Para entonces, oí que alguien llamaba a la puerta, y le hice pasar enseguida. El mayordomo jefe trajo las cosas necesarias para atender a Morgan.
“Milady, si lo está pasando mal, permítame que cuide al Joven Señor”.
“No han pasado más que unos minutos”.
“Pero Milady, usted nunca ha cuidado a alguien antes, ¿verdad?”
Cuidar de un Esper era algo prácticamente arraigado en ella. En el pasado, cada vez que Ciel llegaba a casa justo antes de caer inconsciente, todo dependía de ella para cuidarlo y devolverle la salud.
“Sin embargo, me he sentido mucho mejor en comparación con antes. Dámelo. Seguro que tú también tienes muchas cosas que hacer”, le dije al mayordomo.
En nuestra residencia había menos empleados que en las mansiones de otras casas nobles. En concreto, los únicos empleados con altos cargos aquí eran el mayordomo jefe y la criada jefe.
“Aun así…”
“Está bien. Ve a ayudar a mamá y papá. Lo único que haré será limpiarle el sudor de todos modos.”
“…En ese caso, lo entiendo. Por favor, no dudes en llamarme si alguna vez me necesitas.”
Incluso cuando era más joven, el mayordomo jefe desprendía el aire de un hombre de mediana edad, pero ahora, era lo suficientemente mayor como para tener mechones de pelo blanco aquí y allá.
Cuando se marchó, empapé la toalla en la palangana y la estrujé, y luego limpié la cara y el cuello de Morgan.
Hace un rato, tenía la cara tan roja que parecía a punto de estallar, pero ahora parecía estar más cómodo.
“Uf, qué alivio”.
De todos los lugares, es una suerte que se desplomara aquí, en casa de mi familia.
Si no fuera por esta casualidad, podría haber estallado en un alboroto en algún lugar que yo no conocía.
Mirando a Morgan, que casi había desaparecido de este mundo, estuve a punto de soltarle la mano que le sujetaba, pensando que estaba dormido.
Si al menos no me hubiera agarrado la mano con más fuerza.
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