Capítulo 49
“¿Por qué la tomaste de la mano?”
La voz de Ciel bajó una octava en un instante, sonaba completamente intimidante. Presa del pánico, Aiden respondió.
“Estaba temblando porque estaba muy asustado en el aire, pero la señorita me tomó de la mano para calmarme”.
“Ah…”
El propio Ciel estaba acostumbrado a ello y por eso lo olvidó, pero lo cierto es que resultaba aterrador para cualquiera que fuera nuevo en esto.
“Debiste de asustarte. Lo siento.”
“¡No! En realidad, me sentí como un desperdicio por no haber podido verte luchar, pero la situación era urgente y lo comprendí perfectamente. Y tuve menos miedo porque la señorita me cogió de la mano”.
“…¿No estaba asustada también la señorita?”.
Ciel trató ansiosamente de confirmarlo como pudo. Su corazonada estaba prácticamente solidificada, pero aún no había conseguido pruebas concretas.
“Mmh, no, no parecía que estuviera asustada. Por eso también me sentí un poco mortificado”.
Mientras Aiden respondía con un tono un poco deprimido, Ciel le dio una palmadita en la cabeza a su hermano menor.
Si su corazonada era correcta, entonces ella realmente nunca le tendría miedo. Ella había volado por el aire docenas y docenas de veces, así que por supuesto que no lo haría.
Ante la alegría que rugió silenciosamente en su interior, Ciel se quedó completamente fuera de sí mientras intentaba controlar el tirón en las comisuras de los labios.
Luego se excusó, diciendo que necesitaba refrescarse y cambiarse de ropa. Después, mientras regresaba a su habitación de invitados, se quitaba la camisa y miraba por la ventana, seguía aturdido por la increíble posibilidad.
Era una suposición ridícula.
Él la conocía bastante bien.
Sin embargo, no importaba lo que le dijeran, él era la única persona que la conocía mejor.
Esos pequeños hábitos que sólo el marido de Seohyun podía conocer.
Ahora que lo pensaba, estaba distraído por lo linda que era, pero los hábitos de Seohyun brillaban incluso mientras comía.
No fue hasta que se casaron que Ciel descubrió en qué circunstancias se encontraba en las fuerzas especiales.
Era un ambiente vicioso en el que los miembros ni siquiera eran tratados como seres humanos, así que ¿les habrían dado comida adecuada?
Tal vez por eso siempre se concentraba de todo corazón en sus comidas cada vez que comía. Normalmente, sus ojos seguían subrepticiamente todos sus movimientos como los de un gato, pero sólo dejaba de hacerlo cuando llegaba la hora de comer.
Hacia una persona que -aunque la causa era lamentable- comía tan bien de esa manera, había veces en que él había instigado peleas…
En retrospectiva, se dio cuenta de que había actuado como un tonto. Era como un niño pequeño que le gastaba una broma a la chica que le gustaba.
Cierto. Por encima de todo, no había nada más fuerte que esto para demostrar que Lady Closch era, de hecho, Seohyun.
Sin darse cuenta, Ciel sonrió mientras se quitaba el resto de la ropa. Como ya estaba acostumbrado a bañarse solo, se dio una simple ducha y se vistió de nuevo con ropa sencilla y ligera que decidió ponerse.
Una vez que todos se hubiesen dormido tras la cena, lo comprobaría por última vez.
Y esta vez, debe manejarse sin que nadie lo sepa, hasta el punto de que ni siquiera el barón lo sepa.
* * *
Comer sola en mi habitación me hizo sentir un poco deprimida. Comía con mi familia todos los días, y es frustrante que por primera vez comiera sola aquí por culpa de mi ex marido.
¿Por qué no aceptó la guía de la santa? ¿Por qué tuvo que caer así? ¿Y por qué tenía que estar tan metido en el beso que me dejó los labios amoratados, imposibilitándome así salir no fuera que mi familia se diera cuenta?
Las primeras veces que lo vi, me sorprendí y me puse nerviosa. Pero ahora que lo veía a menudo en mi propia casa, a estas alturas es bastante molesto.
Y por culpa de Ciel, ni siquiera podía hacer prácticas de tiro con mi arco, ni ningún balanceo de práctica con mi katar. Ni siquiera podía atreverme a sacarlos.
Estaba bastante segura de que no me recordaba, pero como mínimo, seguía sin querer mostrar ningún rastro de mi identidad sin motivo.
Ahora mismo, sólo quiero concentrarme en disparar flechas sin pensar en nada.
¿Cuándo demonios se iba a ir?
En cualquier caso, después de volver a comer el delicioso estofado del tío Hans para la cena de esta noche, toqué el timbre para llamar a Mary.
“¿Ha terminado de comer, Milady?”
“Ajá”.
“Entonces, ¿le gustaría probar un poco de esto también?”.
Mary dejó una cesta frente a mí.
“¿Patatas?”
“Sí, tenemos que terminarlas todas hoy. Ahora tenemos un montón de patatas asadas, así que el tío Hans también parece estar en un buen aprieto.”
“…¿Por qué de repente tenemos un montón de patatas asadas?”
“La verdad es que tampoco estoy segura de eso. Pero de lo que estoy segura es de que la señora está bastante enfadada.”
Supongo que sí. Por supuesto que está enfadada.
De todos los lugares, sólo tenía que caer en ese lugar y prender fuego al campo de patatas de otra persona.
“De todos modos, por favor, pruebe un poco si lo desea.”
“…¿Podrías traerme también un poco de azúcar?”
“¿También va a rebozar las patatas en azúcar?”
“No, no importa. Sólo tráeme un poco de sal…”
“Muy bien, volveré en un santiamén. Le pediré un poco al tío Hans.”
“Gracias…”
La casa estaba en una situación precaria, así que no podía pedir azúcar imprudentemente. El azúcar era un lujo en estos lugares.
Ya sabía que no sería bueno mojar patatas asadas en azúcar que en su lugar podría bastar con mezclar con té negro, pero…
“Sin embargo, soy bastante fan del azúcar”.
Las patatas asadas estaban mejor con azúcar, punto. Las patatas asadas saladas también tenían carácter, pero tomarlas con azúcar era simplemente más delicioso.
Bueno, de todos modos, no esperaba comer la comida que comí tanto en el pasado -hasta el punto de enfermar de ella- aquí en este lugar.
Todos los miembros de las fuerzas especiales estaban bastante hartos y cansados de las patatas asadas. Sin embargo, cuando por casualidad me encontré con patatas asadas con azúcar, me aficioné por completo.
Sin embargo, en la medida de lo posible, no quería comer patatas asadas.
Al recordar los viejos tiempos, la irritación que se evaporó se disparó una vez más.
Ya fuera en el pasado o en el presente, Ciel seguía poniéndola en una situación difícil.
En aquel entonces, todavía estaba cegada, ya que él era el niño de sus ojos, y le parecía tan maravilloso.
Pero ahora, era el hombre de otra persona.
No. En realidad, incluso entonces, él no estaba de mi lado.
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