Capítulo 45
Parecía que caíamos en picada, pero no era el caso. El control de Ciel era siempre perfecto. Aiden y yo aterrizamos en el suelo suavemente.
Aun así, quizás porque hacía tiempo que no experimentaba esto, pero parecía que me había puesto nerviosa.
Me relajé en cuanto dejé escapar un hondo suspiro, pero en ese mismo momento, la guía radial que había estado manteniendo a raya hasta ahora se me había escapado un poco.
En cualquier caso, Ciel no estaba aquí y era el único Esper que podía recibir mi guía, así que continué en ese estado y hablé con Aiden.
“Joven Duque, por favor entra en la mansión”.
Aiden estaba allí de pie con la cara pálida, así que le cogí de la mano y tiré de él. Todavía tenía los ojos clavados en mí por alguna razón -en realidad nunca había dejado de mirarme desde hacía un rato-, pero eso no me importaba ahora mismo.
“¡Dios mío, Milady!”
Al pasar, Mary me encontró e inmediatamente corrió a mi lado.
“Mary, por favor, acompaña al Joven Duque a la habitación de invitados, y pídele a otra doncella que le prepare y entregue una taza de té caliente. Después de guiarle hasta allí, ¿puedes venir a mi habitación y reunirte conmigo allí?”.
“Sí, comprendo”.
Poco después, intenté soltar mi agarre de la mano de Aiden, pero antes de que pudiera, Aiden preguntó. Esta vez apretó su agarre en mi mano como si no quisiera separarse.
“…¿A dónde vas?”
“Hay algo que necesito comprobar un momento. ¿Serías tan amable de soltarme la mano?”
“Ah… Lo siento.”
A petición mía, Aiden me soltó. Tenía una expresión triste en la cara.
No hay mucha diferencia de edad entre nosotros, pero realmente se sentía como si fuera un hermano menor mío.
“Ya que se han visto monstruos, creo que tengo que comprobarlo”.
“¿Lo hará, Lady Irene?”
“Sólo desde lejos”.
“Oh, ya veo. Es tan asombroso de tu parte…”
“Entonces, seguiré mi camino.”
Hice una reverencia hacia él y rápidamente los dejé allí.
Desde que era joven, siempre había visto como papá y mi hermano se iban cada vez que aparecían monstruos. Hacía mucho tiempo que no sentía esto, pero tenía la sensación de que algo iba a pasar.
Ya me lo había dicho una vez mi hermano, que si subes a la montaña que hay detrás de la mansión, es fácil ver desde lejos el cuartel de la guarnición. Iré a caballo hasta allí.
En cuanto Mary entró en la habitación, me quité el vestido y me puse un traje ecuestre.
Parecía que mamá no estaba informada de que yo había vuelto a la mansión, así que mientras tanto, mandé rápidamente decir que subiría a caballo a la montaña que había detrás de la mansión. Tampoco era tan alta, y llegué a la cima con bastante rapidez.
Tal y como mencionó mi hermano, pude ver claramente los cuarteles de la guarnición, y el área más allá también. Sin embargo, mis ojos se fijaron en una persona que se elevaba en el aire. Desde mi punto de vista, sólo tenía el tamaño de una uña, pero no pude evitar saber de quién se trataba.
Y es por las llamas rojas que ardían a su alrededor.
Ver esto me llenó de alivio. No es que no confiara en las habilidades de Papá y mi hermano para lidiar con el ataque de los monstruos, pero un Esper como Ciel podría derrotarlos fácilmente a todos de un solo golpe con sus habilidades.
¿Debería estar agradecida de que el ataque del monstruo ocurriera cuando él está aquí?
Me había apresurado a venir aquí con la esperanza de ver este espectáculo, y ahora que lo había visto, no podía evitar sentirme aliviada.
Sólo entonces me fijé bien en lo que me rodeaba. Nunca había tenido la oportunidad de subir a esta montaña, aunque estuviera tan cerca de la mansión.
Sus altos árboles se extendían tan alto que parecía que pudieran alcanzar el cielo, y la luz del sol que se colaba por los huecos de sus hojas era un espectáculo precioso.
Avancé más, dirigiendo lentamente mi caballo. Aunque podía apreciar su belleza, al mismo tiempo, esta montaña me resultaba desconocida.
El viento hacía crujir las hojas. También oía a los pájaros piar y a las ardillas moverse afanosamente a mi alrededor. La brisa fresca que pasaba entre los árboles me refrescaba el sudoroso cuello.
Caminé hasta la cima de la montaña por curiosidad, pero no se veía nada más. Era una montaña baja que más bien podría llamarse una colina ancha, así que no parecía una cima empinada.
A medida que subía más a caballo, un prado grande y abierto entró en mi visión. La espesura seguía siendo abundante en esta zona, así que no era exactamente un claro vacío.
Parecía que aquí se cultivaba… Me fijé en unas hojas familiares que crecían cerca.
“¿Patatas…?”
Estaba cerca de la mansión, así que estos cultivos podrían ser obra de mamá o del tío Hans. Sabía que ella administraba los asuntos internos de la casa con frugalidad, pero no habría esperado que tuviera cultivos secretos como éste.
Después de otear la cima de la montaña una vez más, me di la vuelta.
Pero en ese momento, el viento refrescante desapareció. Entró aire caliente, como si toda la zona se hubiera convertido en una sala de vapor.
Y pronto, alguien cayó desde arriba. No, no es que “cayera” del todo, pero a pesar de todo, sonó como si se hubiera estrellado.
Sólo esto me obligó a darme cuenta de quién era esa persona.
¿Cuánta gente en este mundo podía volar? Y además…
Sólo había una persona que acababa de confirmar que volaba por los aires.
“¿Duque?”
Lo llamé así, bastante segura de que era él. Pero parecía que no podía oírme.
No me sentaría bien dejar a una persona aquí sola, sobre todo porque se había desmayado.
Y porque acababa de verle usar sus habilidades.
¿Necesitaba un Guía ahora? Si no podía recibir una sesión de guía, ¿qué pasaría?
A mi pesar, ya sabía que esto tendría que resolverse con un guía, de una forma u otra. Dirigí mi caballo hacia esa dirección, acercándome a él con cautela.
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