Capítulo 23
«…Entendido, señor. ¿Debo tener el portal preparado?»
«Sí.»
Tambaleándose mientras se alejaba, Ciel pensó en su hermano menor.
Era un secreto a voces que su hermano menor, que actualmente residía en la mansión independiente situada en el rincón más alejado de la residencia provincial del Ducado de Leopardt, era un enfermo mental.
Y en esa mansión independiente, incluso echó a todos los asistentes que le servían. En un arrebato, como un loco, los echó a todos, por la única razón de que sus pasos, incluso silenciosos, lo volvían loco.
Pero ahora que Ciel había regresado, era consciente de la verdadera razón.
La gente tenía la impresión de que sufría una enfermedad mental simplemente porque era débil, pero Ciel sabía que debía ser un Esper de base psíquica.
Se podía suponer que no eran los pasos lo que no quería oír, sino los pensamientos de los empleados.
No se trataba de una mera especulación. Ciel dedujo lo que su hermano menor solía decir.
Que, la gente era horrible, ni una sola persona era igual por delante que por detrás. Lo mismo ocurría con sus padres.
Sólo delante de Ciel su hermano menor se tranquilizaba.
Qué tonto había sido Ciel antes que simplemente racionalizó esto como que su hermano menor le tenía un cariño especial.
Tal vez su hermano menor era un Esper de nivel inferior, por eso sus poderes no funcionaban en Ciel y no podía leer su mente.
Aun así, Ciel tenía que preguntarse. ¿Era su hermano pequeño el tipo de Esper que sólo lee mentes, o era el tipo de Esper que podía controlar mentes…?
«Bueno, lo averiguaré una vez que nos conozcamos».
Esta iba a ser la primera vez que se encontraría con su hermano menor después de su regreso. La última vez que se vieron no habían pasado ni unos pocos años en este mundo, sin embargo, desde la perspectiva de Ciel, tal vez había pasado más de una década desde entonces.
Mientras se dirigía al encuentro de su hermano menor, los ojos azules de Ciel se empañaron, como si estuvieran llenos de agua turbia.
Intentó contrarrestar los síntomas con agua bendita, pero para alguien como él -que ya sabía lo que se sentía al ser guiado- era muy difícil seguir aguantando.
«Pero más que mi cuerpo recordando, es mi mente…»
Ciel estaba seguro de que su cuerpo original ya se había consumido después de su alboroto, y el cuerpo que tenía ahora era seguramente el de su pasado. Entonces, ¿por qué sentía esta sed insoportable?
Sólo pensar en Seohyun le refrescaba, como si su inconfundible aroma a menta le llegara a la punta de la nariz.
El periodo de su vida en el que recibía su guía no era diferente de otro en el que recibía un amor tan directo.
Más allá de las miradas indiscretas de Seo-yoon, el gobierno coreano, el Centro Esper y el Centro de Guías, el único momento en el que podía expresarse sin reservas era cuando recibía la guía de Seohyun.
Hubiera estado bien que abriera su corazón entonces.
Sin embargo, incesantemente fingía no saber, incesantemente seguía enojado, una y otra vez, él…
«Fingí no amarte… pero ya no tengo que hacer eso».
Mi esposa no está aquí.
Su esposa, que era una Guía que le traía reposo- que tenía un suave aroma a menta que recordaba el amor con que ella lo envolvía…
Quería probarlo una vez más. Lo antes posible.
Su presencia refrescante, su dulzura, su amor…
Sólo pensarlo le excitaba. Ciel ni siquiera sabía que estaba sonriendo.
Sus ojos azules y brillantes estaban desenfocados, y las comisuras de sus labios se tensaban hacia arriba, justo cuando su estado de ánimo se disparaba hacia el cielo.
Al verle así, el mayordomo de la casa no tuvo más remedio que tragar saliva en silencio. Su amo mostraba un aspecto tan apuesto y, sin embargo, iba acompañado de una expresión tan extraña.
Todo empezó un día, de la nada. El maestro había cambiado, e incluso la atmósfera que desprendía se había vuelto inestable. En silencio, toda la mansión se sumió en un silencioso estado de emergencia.
Como un acuerdo no expresado entre todos ellos, los sirvientes supieron automáticamente que debían tener cuidado con su amo, que parecía estar al borde de la volatilidad.
* * *
Después de mi cita con papá volvimos a casa justo antes de la cena, y como mamá se dio cuenta de que nuestro carruaje llegaba desde lejos, salió a recibirnos.
Sin embargo, su expresión se endureció en cuanto vio el arco que llevaba al hombro.
Por supuesto, aceptó cuando les pedí que me compraran un arco, pero parecía que no esperaba que eligiera uno de combate.
Naturalmente, papá fue apartado y mamá le echó la bronca durante mucho tiempo.
Esto me inquietó. Teniendo en cuenta lo mucho que papá había sido regañado por mamá, empezaba a preocuparme la posibilidad de que cancelaran la daga katar que habíamos encargado.
Afortunadamente, papá era un hombre de palabra. Parece que hará entregar el katar en secreto sin que mamá se entere.
Esto me hizo inmensamente feliz. Volví a aferrarme a papá, besándole en su mejilla barbuda. Me guiñó un ojo y me dijo que le avisara si quería conseguir otra arma.
Parecía que, después de verme practicar con las armas antes en la herrería, empezaba a comprender mis sentimientos.
Nuestra casa había sido una familia de caballeros durante generaciones. Aunque nuestro nombre nunca se hizo notar en la capital ni llamó la atención de la familia imperial, nuestra casa llevaba mucho tiempo protegiendo este territorio de monstruos y enemigos externos como caballeros.
Y papá pensaba que yo era una prodigio… sin saber que he estado entrenando solo hasta ahora.
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