Los Encantos De La Lluvia

Bajo la lluvia implacable, ella se refugiaba en la soledad de sus pensamientos, el agua lavando su rostro donde las lágrimas se confundían con las gotas. Su mirada perdida en el asfalto reflejaba la tristeza profunda que la embargaba. Él la encontró allí, vulnerable y desolada, ofreciéndole un refugio contra la tormenta. La llevó a casa, un espacio cálido que contrastaba con el frío exterior y el vacío interior de ella. Esa noche, encontraron consuelo mutuo en la intimidad, un breve paréntesis de esperanza en medio de la desdicha. Sin embargo, al amanecer, él se marchó, dejándola nuevamente a merced de sus demonios. Aunque el destino los cruzó de nuevo, ella, herida y desconfiada, lo rechazó, incapaz de creer en la fugaz promesa de un amor que se desvaneció con la misma rapidez con la que llegó.