Seiren era una joven diosa llena de confianza y determinación, hija del poderoso Emperador Targa del Imperio Karonin, una tierra conocida por su grandeza y ambición. Como deidad en formación, Seiren había acumulado suficientes “puntos de juego humano” para ascender al mundo celestial, el destino anhelado por todos los seres divinos. Sin embargo, su ambición y deseo de compartir su éxito la llevaron a confiar en Arwen, una amiga cercana en quien depositó toda su fe.
Arwen, movida por celos y resentimientos ocultos, ideó un plan para engañarla. Aprovechándose de la ingenuidad de Seiren, la manipuló para que malgastara sus puntos en un desafío ilusorio que parecía una oportunidad perfecta. Cuando la verdad salió a la luz, Seiren lo perdió todo: sus puntos, su honor, y la posibilidad de entrar al mundo celestial. La traición de Arwen la dejó marcada, tanto en el alma como en su destino.
Despojada de su estatus como diosa y forzada a regresar al plano humano, Seiren se enteró de que la única forma de recuperar sus puntos era triunfar en el juego humano más desafiante: vivir y prosperar en el mundo terrenal, un lugar lleno de adversidades, pruebas, y la complejidad emocional de la existencia mortal.
Como hija del emperador Targa, Seiren tenía acceso a privilegios y recursos, pero también se enfrentaba a enormes expectativas y conflictos políticos en el despiadado Imperio Karonin. En un mundo donde las intrigas, las batallas y las alianzas peligrosas definían la vida diaria, Seiren debía demostrar su valía no como una diosa, sino como una humana con una misión divina.
Ahora, Seiren lucha por redimirse, enfrentando tanto desafíos mortales como los ecos de su pasado celestial, mientras descubre qué significa realmente la humanidad y el sacrificio.
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