Dark? Switch Mode

Me convertí en la sirvienta del príncipe olvidado (Novela) – Capitulo 66

A+ A-

—No quiero apresurarme a sacar conclusiones —interrumpió el duque—, pero tus acciones en la cueva son algo que no puede ser ignorado. He estado investigando sobre ese pueblo desde ese momento hasta ahora, pero no es fácil poder ser capaz de descubrir algo, puesto que ese lugar está completamente extinto. Pero, si hay una conexión de ti con las mujeres de Bavedor, deberíamos averiguarlo, eso podría cambiar un poco las cosas para todos.

La intensidad de sus miradas se entrelazó, y Helena sintió que, si lograba averiguar más sobre su pueblo de origen, tal vez sería capaz de controlar aquel poder que se le había sido confiado.

—¿Qué debemos hacer, entonces? —preguntó Helena, sintiendo que el destino la llamaba.

—Debemos investigar más sobre tu origen y sobre la historia de las mujeres de Bavedor. Hay secretos en este reino que aún no hemos descubierto.

Helena asintió, comprendiendo la seriedad de sus palabras. Aunque intentaba mantener la calma, la sensación de incertidumbre la envolvía. Ahora quedaba la tarea de descubrir más sobre su pueblo, sobre el poder que se albergaba en su interior. Pero, hasta que no lograra controlarlo por completo, no deseaba preocupar a Noah con esa verdad que, por el momento, solo complicaría más su situación. Él ya tenía demasiado de qué preocuparse.

“Averiguaré qué es todo esto primero… Intentaré mantenerme tranquila. No quiero que los que amo se preocupen por algo que aún no estoy completamente segura”, pensó Helena mientras observaba al duque levantarse de su silla, preparándose para marcharse.

—Su excelencia, por favor… ¿Podría mantener esto en secreto hasta que sepamos con certeza si realmente provengo de ese lugar? No quiero preocupar a su alteza si aún no estamos seguros de nuestras sospechas —dijo Helena, mirándolo con seriedad.

—No te preocupes, pequeña. Guardaré el secreto —respondió el duque con un tono paternal, pero añadió con firmeza—: Sin embargo, debes mantener la calma. Sospecho que lo sucedido en este lugar, así como tu enfermedad reciente, tienen mucho que ver con tu origen.

Helena estaba segura de que el caos vivido en su habitación tenía que ver con el inmenso poder que se ocultaba en su interior. Aquellas mujeres, aquellas voces que había escuchado en sus sueños, habían sido claras: le habían otorgado un poder extraordinario. No podía ser posible que, al recibirlo, nada hubiera cambiado a su alrededor. Sin duda, lo que había sucedido en su habitación estaba vinculado a ese poder que las voces le habían concedido.

Aunque deseaba saber más sobre su lugar de origen, Helena sabía que lo que había experimentado en esos sueños era real. Sin embargo, necesitaba confirmar ciertos hechos antes de estar completamente segura. Solo entonces podría prepararse para no volver a lastimar a nadie si sus dones se descontrolaban otra vez.

El duque se marchó de la habitación, dejando a Helena completamente sola. Ella se levantó de la cama y comenzó a caminar por el lugar, inspeccionando el caos que la rodeaba. “¿Todo esto… realmente fue provocado por mí?”, se preguntaba mientras sus ojos recorrían cada rincón desordenado.

—¡Auch! —se quejó al sentir un pequeño trozo de madera rasguñarle el pie.

Aunque le dolió, no se detuvo y siguió caminando hasta llegar a la ventana. Observó el exterior, notando cómo la luz de la luna se filtraba a través de las cortinas desgarradas.

—Se ve hermoso… Supongo que lo que quieren es que él pague por todo el daño que ha causado —dijo Helena en voz alta, mientras observaba la oscuridad de la noche.

Helena dio un profundo suspiro y luego esbozó una sonrisa melancólica. “Tranquilas, no dejaré que se salga con la suya por todo el daño que causó”, pensó, llevando su mano al pecho, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza, pero, al mismo tiempo, le brindaba una inesperada calma. Parecía percibir como si todas esas almas le agradecieran la firme voluntad que estaba mostrando.

Los recuerdos de sus sueños volvían a la mente de Helena una y otra vez: el emperador arrasando aquel pueblo, las familias devoradas por las llamas, el aire saturado de sangre y el dolor que lo cubría todo. Él no se detuvo ahí. Incluso después de ser castigado, no asumió la responsabilidad por lo que había hecho. En cambio, transfirió su maldición a Noah. “Él no puede ser perdonado”, pensó Helena, sintiendo una furia silenciosa crecer en su pecho.

De repente, un suave sonido interrumpió sus pensamientos.

[Toc toc]

Un golpe en la puerta resonó en la habitación antes de que una voz temblorosa se escuchara del otro lado.

—Señorita, su madre me ha enviado con algo ligero para que coma. ¿Puedo pasar? —preguntó la sirvienta, con una vacilación evidente en su tono.

La voz de la sirvienta apenas disimulaba el miedo. Helena suspiró antes de responder, haciendo un esfuerzo por mantener la calma en su voz.

—Adelante —dijo, intentando que sonara más suave de lo que realmente se sentía.

La puerta se abrió lentamente, revelando a la joven sirvienta que entraba con pasos tímidos, sus ojos recorriendo la habitación con inquietud. El caos que la rodeaba parecía hacerle dudar con cada paso, como si temiera moverse entre los escombros. Helena notó su nerviosismo, pero no dijo nada.

—Déjalo allí, comeré de inmediato. Y, por favor, envía a alguien para que ordene todo esto. También traslada mis cosas a otra habitación, no puedo seguir quedándome aquí —dijo Helena, ajustándose el camisón mientras se sentaba a comer. Con calma, llevó una cucharada de sopa a la boca, intentando relajarse a pesar del caos que la rodeaba.

—Sí, señorita. Enviaré a personas para que ordenen esto de inmediato y avisaré al mayordomo sobre el cambio de habitación —respondió la sirvienta con rapidez, casi tropezando en su apuro por salir. Su voz temblaba ligeramente mientras se alejaba.

La habitación quedó en silencio después de que la joven se marchara. Helena observó el caos a su alrededor: cortinas rasgadas, muebles volcados, pedazos de objetos desperdigados por el suelo. Todo se sentía frío, sombrío, como si el lugar mismo hubiera absorbido la tormenta interna que había estallado en ella. “Supongo que los sirvientes han estado asustados por lo que ocurrió aquí después de qué caí enfermo”, pensó, comprendiendo la aprensión en los ojos de la sirvienta al entrar en un lugar tan desastroso.

Pasaron solo unos minutos antes de que Helena terminara de comer. Las sirvientas entraron diligentemente a recoger su ropa y trasladaron todas sus pertenencias a otra habitación. El nuevo cuarto de Helena resultaba más modesto que el anterior, pero esa simplicidad le brindaba una sensación de mayor comodidad. “Esto es mucho mejor… Me gusta más que aquella otra habitación tan ostentosa”, pensó mientras observaba a las sirvientas moverse con rapidez, entrando y saliendo mientras organizaban todo.

—Helena, ¿todavía te estás acomodando? —preguntó la condesa al entrar en la habitación. Su voz suave reflejaba un sincero interés por el bienestar de su hija adoptiva.

—Sí, su señoría. La otra habitación no estaba en condiciones para que me quedara allí. Prefiero que las sirvientas puedan reparar y ordenar el lugar con tranquilidad. Si me quedo, creo que se sentirían incómodas mientras intentan trabajar —respondió Helena, ofreciendo una sonrisa discreta, a lo que la condesa correspondió con una cálida expresión de ternura.

—Tienes razón. Es mucho mejor que te cambies de habitación mientras se realizan las reparaciones. Así estarás más cómoda, y los trabajadores podrán hacer su labor sin problemas —dijo la condesa, asintiendo en aprobación. Luego, su tono cambió ligeramente, volviéndose más suave—. Cambiando de tema, creo que es mejor que vayas a descansar. Ya es tarde, pediré que te preparen un baño con aceites relajantes para que puedas dormir tranquila esta noche.

Las sirvientas se movían rápidamente de un lado a otro, algunas aun acomodando las pertenencias de Helena, mientras otras preparaban el baño con esmero. “Parecen todas muy diligentes hoy”, pensó Helena, observando cómo corrían para dejar todo listo lo antes posible.

—Bueno, Helena, me marcho ahora. Noah me ha pedido que te avise que vendrá en unos minutos a verte. Parecía realmente ansioso cuando lo vi, así que lo dejaré que esté contigo esta noche un momento —dijo la condesa, haciendo una pequeña pausa antes de agregar, con una leve sonrisa—. Y… no hagan nada que pueda poner en peligro tu dignidad después, ¿de acuerdo, mi niña?

La advertencia era clara, aunque la condesa lo expresó con cariño. A pesar de permitir la visita nocturna de Noah, quería dejar en claro que ciertos comportamientos estaban fuera de lugar.

—Está bien, su señoría. Muchas gracias. Le aseguro que sabré comportarme —respondió Helena con una leve sonrisa, mientras la condesa se marchaba.

Pasaron solo unos minutos antes de que Noah llegara y tocara suavemente la puerta de la habitación de Helena. Ella lo invitó a entrar, notando de inmediato que su herida ya había sido tratada. La pequeña marca en su mejilla casi había desaparecido.

—Su alteza, qué bien. Se ve mucho mejor así —dijo Helena, observando al príncipe mientras lo invitaba a sentirse cómodo en la habitación.

—Sí, creo que estoy un poco mejor —respondió Noah, aunque su mirada reflejaba cierto cansancio—. Sin embargo, por alguna razón me siento muy fatigado. Es extraño… en estos cuatro días no me había sentido tan exhausto como ahora.

Ella se recostó en la cama, dándole espacio, y lo invitó a hacer lo mismo a su lado. El gesto fue sutil, pero cargado de confianza y cercanía. Noah, un poco sorprendido por la tranquilidad que Helena transmitía, se acercó y se dejó caer junto a ella, sintiendo cómo su agotamiento se desvanecía ligeramente al estar en su compañía.

Tags: read novel Me convertí en la sirvienta del príncipe olvidado (Novela) – Capitulo 66, novel Me convertí en la sirvienta del príncipe olvidado (Novela) – Capitulo 66, read Me convertí en la sirvienta del príncipe olvidado (Novela) – Capitulo 66 online, Me convertí en la sirvienta del príncipe olvidado (Novela) – Capitulo 66 chapter, Me convertí en la sirvienta del príncipe olvidado (Novela) – Capitulo 66 high quality, Me convertí en la sirvienta del príncipe olvidado (Novela) – Capitulo 66 light novel, ,

Comment

Chapter 66