—La diseñadora acaba de llegar, ella se encargará de diseñar tu vestido, mi pequeña, serás la más hermosa del imperio, hija mía. —Respondió la condesa mientras daba una sonrisa emocionada.
Helena no se sentía cómoda con tanta amabilidad de la condesa, pero aun así deseaba poder usar ese afecto que ella le tenía para poder ayudar más a Noah en el baile de mayoría de edad del tercer príncipe.
— ¿Su alteza, el príncipe Noah, también ha recibido su atuendo para el baile? —Pregunto Helena mientras tomaba la mano de la condesa sonriendo con ternura.
— ¿He? ¿El príncipe? Eso, no estoy segura, tengo entendido que el duque está encargado de eso, yo… —La condesa se quedó en silencio mirando a Helena, quien no parecía muy feliz ante las palabras de la condesa.
—Creo que sería mejor preguntarle al duque que es lo que opina primero, ¿no lo cree su señoría? Después de todo fue él con el príncipe quienes me han traído hasta acá, les debo mucho a ellos, especialmente a su alteza el príncipe. —Dijo Helena mientras parecía no poder ocultar más su malestar ante la actitud de la condesa por el príncipe.
La condesa miró a Helena sintiéndose algo confundida ¿Acaso no cualquier plebeya estaría feliz de todo lo que la condesa le estaba ofreciendo?, ¿Por qué Helena, la hija que acababa de adoptar, quien había tenido una vida tan difícil, parecía no valorar las cosas que ella le daba? La condesa miró a la diseñadora, la cual venía entrando a la habitación de Helena.
—Señora Karina, creo que sería mejor ir primero con su alteza el príncipe, mi hija tiene razón, él ha sido el benefactor de mi hija y es un invitado de honor en la mansión, así que venga conmigo por favor Karina… Helena, tú también ven conmigo. —Concluyo la condesa mientras caminaba guiando el paso a la diseñadora y a Helena.
Helena miró la espalda de la condesa notando como esta parecía afirmar su vestido con molestia “¿Por qué debo de hacer esto por el príncipe? Él solo se ha mantenido escondido en ese lugar lejano todo este tiempo, la gente ha sufrido en la capital y en otros lugares, mientras que él solo se ha mantenido al margen, su excelencia el duque sigue diciendo que su sobrino es alguien digno de ser el heredero, alguien digno de gobernar este imperio, pero él hasta hoy, no ha sido capaz de demostrar ningún interés genuino por el bienestar de la gente del imperio, entonces ¿Por qué debería de apoyar yo a alguien así poniendo a mi gente en riesgo por la batalla al trono?” Se preguntaba la condesa mientras caminaba por el pasillo llegando hasta la puerta de la habitación del príncipe. Al tocar la puerta, el príncipe abrió rápidamente al escuchar la voz de Helena hablando con la diseñadora.
— ¡Helena!… Oh, condesa, era usted, ¿Qué sucede? ¿Ha pasado algo? —Pregunto el príncipe notando que detrás de la condesa se encontraba de pie Helena junto a otra mujer.
La mujer que se encontraba de pie detrás de la condesa abrió los ojos, sorprendida al notar al príncipe, ¿Cómo era posible?, esta se quedó completamente sin palabras cuando vio el gran e imponente cuerpo del príncipe, quien solo vestía una bata al abrir la puerta.
—Su alteza, he traído conmigo a la diseñadora exclusiva de la mansión, mi hija me insistió en que deberíamos de hacerle un atuendo digno de usted para el baile de esta semana, así que… —Noah miro detrás de la condesa viendo una pequeña sonrisa en los labios de Helena, quien lo observaba con ojos repletos de amor.
—Bueno, entiendo condesa, gracias por pensar en mí, entonces ¿usted es la diseñadora verdad? Espero ser un buen modelo para llevar su obra. —Dijo educadamente Noah mientras secretamente solo se fijaba en observar a Helena, quien se encontraba al lado de la diseñadora.
—S… Sí, wow, creo, que este será el trabajo de mi vida, prometo que no se arrepentirá de quedar en mis manos, haré el traje, resalte todo de usted su alteza. —Hablo la diseñadora mientras tartamudeaba y sus mejillas se sonrojaban brillantemente.
Helena al ver la reacción de la diseñadora no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa, era evidente que la diseñadora se sentía más que complacida en trabajar con Noah y poder diseñar para él, hacía parecer que había encontrado su musa, el modelo que había deseado tener toda su vida. La condesa, luego de terminar de hablar, se volteó para mirar a Helena, quien se encontraba con una genuina sonrisa en sus labios, feliz de ver que la diseñadora parecía complacida por trabajar en el traje del príncipe.
—Helena, vamos… Dejemos que la señora Karina haga su trabajo. Luego de terminar de tomar las medidas y tener el concepto del traje del príncipe, por favor pase por la habitación de mi hija para tomar sus medidas para su vestido, ella también participara en el baile de esta semana en el palacio, así que debe ser el vestido más hermoso de la fiesta. —La condesa termino de hablar mientras se marchaba diciéndole a Helena que la acompañara.
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