—Cion, he… Parece que ya llegamos. —Dijo Lidia asomándose a la ventana y viendo una hermosa cabaña.
Cion se levantó y miro por la ventana para luego bajar del carruaje, Cion extendió su mano para ayudar bajar a Lidia y Javier, y los tres miraron la gran y hermosa cabaña que ahora era su hogar, “Es más hermosa y acogedora de lo que imagine, es… Perfecta” pensó Lidia mirando todo el lugar. Era una cabaña talvez no muy grande, pero estaba en un sitio hermoso y sereno, el césped que rodeaba la cabaña junto a las flores silvestres que crecían a su alrededor hacían que todo en el paraje se viera armonioso y pacífico. Lidia tomo la mano de Cion y Javier mientras los tres entraban en la cabaña para ver el interior.
—Es… Hermoso, Cion, este es nuestro hogar. —Lidia miro a con una gran sonrisa a Cion y al pequeño Javier.
Lidia sonrió y vio como los mercenarios que había enviado Diego para escoltarlos, comenzaban a bajar el equipaje del carruaje, al finalizar los mercenarios se marcharon. Lidia camino por la casa viendo cada pequeño rincón que esta escondía, era una cabaña pequeña, perfecta para la familia que formarían más adelante.
—Parece que Diego preparo completamente la casa para que vivamos aquí cómodamente. —Agrego Cion mientras veía las habitaciones y el resto de la casa.
Al terminar de mirar la casa, los tres comenzaron a acomodar su equipaje, querían dejar todo en su lugar para, así, comenzar oficialmente su vida en su nuevo hogar. Al terminar de desempacar todo, Cion miro uno de los regalos dados en la boda sobre la mesa del comedor, este observo el paquete y recordó a Razor, sabiendo que lo que se encontraba allí adentro seguramente sería algo importante.
—Lidia, oye lo que te dio ese hombre todavía está aquí, ¿vas a abrirlo ahora que llegamos a nuestro hogar? —Pregunto Cion curioso por saber que se encontraría dentro de aquel paquete.
Lidia miró el rostro ansioso y curioso de Cion y sonrió, al darse cuenta de que Javier al haber escuchado lo del obsequio también se había acercado con una mirada curiosa “Ambos tienen la misma expresión, no cabe duda que son hermanos… Cion parece un niño con esa mirada curiosa” pensó Lidia sonriendo ante las expresiones de ambos hermanos.
—Bien, creo que es tiempo de abrirlo, Razor dijo que lo abriera en cuanto llegara mi nuevo hogar, así que, supongo que es tiempo de abrirlo. —Lidia sujeto el pequeño paquete y comenzó abrirlo, sin esperar que dentro de este se encontrara algo que amaría tanto.
La habitación se encontraba en completo silencio, mientras Lidia abría el regalo, pero rápidamente ese silencio se acabó, al escucharse rápidamente las palabras de preocupación de Cion y Javier, al ver a Lidia comenzar a llorar con gran angustia mientras sujetaba el regalo de Razor fuertemente contra su pecho. Cion abrazo a Lidia e intento que esta le dijera que sucedía, pero ella solo se aferró a él con fuerza, mientras comenzaba a dar las gracias una y otra vez hacia Razor.
— ¿Qué? ¿Qué es esto Lidia?, ¿Quiénes son estas personas? —Pregunto Cion confundido.
Lidia levantó la mirada para ver a Cion a los ojos y luego susurro débilmente.
—Mi… Mi familia, ellos, ellos son mi familia, mi, mi padre y mi hermano. —Respondió Lidia a la pregunta de Cion quien se sintió confundido, puesto que la imagen no parecía ser una pintura e incluso el lugar y la vestimenta de las personas en la imagen, parecía completamente diferente a lo que él hubiera visto en toda su vida.
—Lidia… Ellos, ha, entiendo, bueno mi amor, creo que es un hermoso regalo, ¿Qué te parece si lo colocamos aquí en el comedor? —Dijo Cion con una tierna sonrisa en sus labios.
Javier observaba la situación, sin poder comprender demasiado, pero aun así asintió con la cabeza, ya que era notorio que Lidia se sentía extremadamente feliz con aquel preciado regalo. Cion tomo el retrato que Lidia estaba sosteniendo con fuerza y luego lo puso sobre la mesa, esperando que así esas preciosas personas para Lidia, estuvieran siempre presentes en sus vidas, “Lidia parece estar realmente feliz con esto, lo mejor es que dejemos esto aquí, así estas preciosas personas estarán siempre presentes en nuestro hogar. Lidia podrá recordarlos siempre, y en el futuro, nuestros hijos también podrán conocer a la preciosa familia de Lidia” Pensó Cion sonriendo mientras le sujetaba la mano de Lidia para luego poder comenzar a cocinar. Lidia parecía feliz, aun emocionada, daba las gracias internamente hacia Razor, por el hermoso retrato que este le había dado, donde salía una imagen de su padre y su hermano mayor.
—[Espero estés feliz mi pequeña, este es un pequeño regalo para ti, ya puedes estar tranquila, tu familia está bien, yo cuidare bien de ellos, ahora sé feliz mi pequeña, yo siempre estaré cuidándote a ti y a tu familia]— Lidia al escuchar aquella voz entendió todo. Razor realmente la apreciaba, él protegería y cuidaría a su familia, en el universo de él y en el universo de Daki, Razor jamás la abandonaría.
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