— ¡¿Señorita Lidia se encuentra bien?! ¡Escuche un ruido, ¿puedo entrar?! —Pregunto Cristian con voz preocupada.
— ¡He! ¡Yo, yo me tropecé! ¡No fue nada, estoy bien! ¡Lamento haberlo preocupado! —Grito Lidia evitando que Cristian entrara al cuarto.
Cion miro a Lidia y vio como esta mostraba una expresión de susto y agitación, haciendo que él no pudiera evitar sonreír al verla tan alterada “Tan linda, hace tiempo que no la veía hacer ese tipo de reacción” Cion se acercó a Lidia quien se había levantado aceleradamente de la cama caminando hacia la puerta de la habitación para poner el seguro de la puerta.
—Lidia… —Susurro Cion mirando a Lidia con una sonrisa.
—Shh… Espera. —Respondió Lidia cerrando con seguro y caminando de vuelta hacia Cion.
Lidia parecía preocupada, parándose frente a Cion y tomándolo por el brazo, guiándolo hasta la cama para sentarse ambos allí para conversar.
— ¿Qué haces aquí a esta hora? ¿Cómo entraste? —Pregunto Lidia intrigada.
—He, bueno, entre por la ventana y… Te dije que encontraría la forma de que pudiéramos hablar tranquilos después, así que, aquí estoy. —Dijo Cion mirando a Lidia bajo la luz de la lámpara de la mesa de noche.
—Sí, si recuerdo, pero, el príncipe había bloqueado las ventanas por lo que era imposible abrirlas ¿Cómo fuiste capaz de…? —Pregunto Lidia.
—A, sobre eso, si note que tiene algo de maná para bloquearlas, pero desde afuera es fácil poder entrar, el maná solo bloquea que sean abiertas desde el interior. —Respondió Cion mientras sonreía.
Lidia miró a Cion sintiendo al fin un poco de tranquilidad, dándose cuenta de que este había tomado su mano mientras ambos se encontraban solos sentados sobre la cama de la habitación “Cion… No puedo creer que en tan poco tiempo pudiera llegar a extrañarte tanto” pensó Lidia levantando su mirada para ver a Cion directamente a los ojos, este dándose cuenta del nerviosismo de Lidia al observarlo levanto su mano y acaricio la suave y delicada mejilla de ella.
—Lidia, ¿realmente quieres volver con nosotros?… Tú, ¿no estás enamora del príncipe? —Pregunto Cion nervioso mientras esperaba la respuesta de Lidia.
—No, claro que no, yo quiero volver con ustedes, yo quiero estar siempre conti… Con todos ustedes, la gente de la posada es mi gente, yo… No quiero estar aquí, el príncipe, él… Por alguna razón me quiere como su prometida y se niega a dejarme ir… —Lidia mostro una expresión sincera de nostalgia y angustia, haciendo que Cion creyera completamente en sus palabras.
Cion mirando la expresión de Lidia se acercó a ella y la abrazo, sintiendo el pequeño cuerpo tembloroso de esta entre sus brazos “Te sacaré de aquí, lo prometo, no dejaré que nadie te obligue a hacer nada que no quieras” se dijo Cion a sí mismo mientras sentía el cuerpo de Lidia aferrada a él.
—Lidia, será muy difícil sacarte del palacio sin que la gente lo note, lo mejor sería preparar todo con anticipación, pero… El príncipe seguramente enviará caballeros en tu búsqueda, así que ¿estás segura de querer dejar el palacio? —Pregunto nuevamente Cion.
Fue entonces que se escuchó la voz del príncipe venir del pasillo al otro lado de la puerta, por lo que Cion soltó su agarre de Lidia y está asustada, tomo su mano y lo oculto debajo de la cama. Mientras que ella se metía bajo las cobijas de su cama y fingía estar dormida, escuchando al príncipe abrir la puerta del cuarto con maná, ya que Lidia había cerrado con seguro la habitación. Lidia escuchó los pasos del príncipe acercándose a su cama y cerró los ojos tranquilizándose a sí misma “Por favor vete, no te acerques más, por favor, por favor que no se dé cuenta de Cion” deseaba Lidia mientras escucha los pasos del príncipe detenerse frente la cama y sentarse a un costado de ella, Lidia que tenía los ojos cerrados fingiendo dormir escuchó la voz del hombre susurrar con ternura mirándola de cerca.
—Eres tan hermosa, aún me cuesta creer que me aceptaras, veo que poco a poco te acostumbras y adaptas a estar aquí en el palacio, nadie más que tú puede ser mi princesa… Desde la primera vez que te vi lo supe, tú eres solo mía, eres mi mujer destinada, estoy seguro. —Dijo el príncipe mientras se inclinaba sobre Lidia y besaba su frente con delicadez.
Cion que se encontraba escondido bajo la cama, apretó sus puños intentando mantener la calma para que su maná no se descontrolara “Aléjate de ella… ¡Aléjate!” Cion desesperado intentaba mantener la calma mientras escuchaba la voz del príncipe y se daba cuenta del beso que este le había dado a Lidia en la frente. Después de casi una hora el príncipe salió de la habitación y Lidia quien se había quedado dormida despertó al escuchar la puerta cerraré, Lidia, preocupada recordando que había escondido a Cion bajo la cama, se levantó.
—Cion, Cion despierta… —Dijo Lidia mirando a Cion con los ojos cerrados bajo la cama.
—No estoy dormido, no te preocupes. —Respondió Cion abriendo los ojos y saliendo de debajo de la cama Lidia.
Lidia miró a Cion quien parecía tener una mirada seria y molesta al observarla, Lidia sintiéndose algo intimidada por aquella mirada dio un paso atrás “Nunca lo había visto tener esa expresión” pensó Lidia mirando a Cion con detenimiento.
—El príncipe… Él, ¿viene a visitarte seguido en la noche? —Pregunto Cion volteándose y dándole la espalda a Lidia.
— ¿Qué? He, sí, bueno, supongo que tiene miedo de que escape, ya que fue por eso que bloqueo incluso las ventanas. —Respondió Lidia viendo como Cion apretaba los puños molestos.
—Te sacaré de aquí, te prometo que saldrás de aquí pronto, déjame todo a mí, me encargaré de que te puedas alejar completamente de él. —Dijo Cion mientras se acercaba a la ventana para marcharse.
El estado de Cion al recordar como el príncipe se acercaba a Lidia sin que ella pudiera hacer nada lo molestaba más y más, “El príncipe… Jure lealtad al rey y a la familia real, pero… ¿Cómo puedo dejar a Lidia aquí siendo infeliz?”, se preguntó Cion cuando sintió la mano de Lidia sujetar su manga, evitando que este saliera por la ventana.
—Cion yo… No quiero que te vayas, ¿puedes quedarte unos minutos más? —Pregunto Lidia mientras bajaba la mirada avergonzada.
— ¿Sabes que lo que me pides puede ser peligroso? —Pregunto Cion mirando a Lidia de reojo.
—Yo, yo lo sé, sé que los guardias podrían… —Lidia iba a seguir hablando, pero Cion la interrumpió.
Cion volteo y la miro directamente mientras tomaba la mano que con la que ella se sujetaba a su ropa.
—No me refiero a los guardias Lidia, tú eres una mujer y yo un hombre, estamos solos en tu habitación durante la noche y aunque seamos amigos, eso no quita el hecho de que te encuentre realmente hermosa, así que es mejor que me vaya… —Dijo Cion haciendo que el rostro de Lidia se sonrojara completamente, haciéndola parecer una manzana madura.
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