Al dar la vuelta, Lidia pudo ver el rostro del príncipe a solo centímetros de su rostro “¿Él?” Lidia dio un paso atrás alejándose del príncipe mientras que este parecía mirarla con completa atención e interés.
—Yo… No recuerdo haberle dicho mi nombre, ahora por favor déjeme pasar, tengo que irme. —Dijo Lidia caminando hacia la posada lo más rápido que podía.
—Señorita, ¿me deja hacerle compañía unos minutos? Es que no conozco bien el lugar y quisiera que usted me guie a… —El príncipe que deseaba que Lidia le prestara atención caminaba al lado de esta mientras ella aceleraba el paso.
—Yo tampoco conozco bien el lugar, así que será mejor que busque ayuda de alguien más, ahora si me lo permite quisiera poder seguir mi camino sola. —Dijo Lidia.
El príncipe, quien era muy persistente, miro a Lidia y sonrió interesado en el comportamiento de ella “Es tan hermosa, se ve delicada, pero me responde con tanta confianza, es una mujer interesante” se decía el príncipe mientras la seguía.
—Oh, entonces si usted tampoco conoce bien el lugar, lo mejor es que la acompañe para asegurarme que llegue a salvo a su hogar. —El príncipe dio un paso al frente de Lidia fastidiándola por completo.
— ¡Señor, yo no lo conozco y no estoy interesada en tener un escolta o acompañante, así que por favor no me siga! —Dijo Lidia molesta.
El príncipe miró a Lidia y sonrió al ver como ella le hablaba tan confiada y molesta “Interesante, se ve aún más linda cuando se enoja” pensó el príncipe sin darse cuenta de que Lidia seguía caminando cada vez más rápido, es entonces que esta ve a Cion unos puestos más adelante y se da cuenta de que él la mira directamente. Cion que había acabado de salir de su guardia en el palacio, vio a Lidia de camino a la posada mientras ella era perseguida, Cion ya había visto al príncipe algunas veces en el pasado por lo que se le hizo fácil reconocerlo y ver que Lidia se estaba sintiendo incómoda con la presencia de este al perseguirla “Parece que ella está bastante molesta, debería, debería ayudarla…” Cion miro al príncipe y luego a Lidia preocupándose porque el príncipe podría reconocerlo y se podría meter en problemas en su trabajo, pero aun así Cion decidió no dejar sola a Lidia, quien parecía en problemas y quien era una buena amiga para él. Cion miro a Lidia y cuando noto que esta se percató de su presencia le hizo una señal para que ella corriera a un callejón.
—Cion. —Murmuro Lidia.
Lidia, viendo que el príncipe se perdía en sus pensamientos por un segundo, aprovecho para correr, hacía a un callejón cercano, encontrándose con Cion y abrazándolo, mientras que este concentraba su maná en sus piernas y saltaba hacia el techo del edificio a su lado sosteniendo a Lidia con firmeza. “Espero que el príncipe no me viera” pensó Cion mientras se ocultaba en los techos de los edificios cercanos, sosteniendo a Lidia en sus brazos para que no los encontraran.
—Hm… Ci, ¿Cion? Me aprietas. —Dijo Lidia levantando el rostro del pecho de Cion para mirarlo a la cara.
Cion miro el rostro de Lidia, sintiéndose avergonzado al ver que seguía sosteniendo a esta en sus brazos tan cerca de su rostro. Lidia al darse cuenta de la reacción de Cion bajo la mirada rápidamente mientras que él la soltaba, Lidia miro cuidadosamente en dirección al callejón del que habían saltado y no vio al príncipe, por lo que dio un gran suspiro sintiéndose aliviada. “Eso estuvo cerca, no quería que él me acompañara hasta la posada porque o si no talvez jamás podría haberme librado de él, de todas formas es extraño… ¿Cómo puede ser que nos viéramos dos veces en situaciones tan accidentadas? La primera vez me robaron y un carruaje casi atropella a una niña y él se me acercó para devolverme el bolso después de haber capturado al ladrón, y la segunda vez es hoy, yo acababa de comprar el regalo para Cion y me disponía para ir a la posada cuando me lo encontré, es extraño…” Lidia sintió la mano de Cion posarse en su hombro mientras él le decía que deberían de seguir por los tejados un poco más y bajar cuando estuvieran cerca de la posada para así evitar encontrarse con el príncipe nuevamente.
—Está bien Cion, vamos. —Respondió Lidia.
Al llegar a la posada, Lidia se dio cuenta de que el encargo de las compras que ella había hecho en nombre de la dueña ya había llegado y la señora Marta lo estaba organizando. Mientras tanto Lidia aprovecho de preparar la cena para todos los huéspedes del lugar, los cuales eran llevados a sus habitaciones en la mayoría, como también algunos bajaban al primer piso donde tenían un pequeño comedor con mesas donde se servían comidas variadas cocinadas especialmente por el esposo de la señora Marta.
— ¿Lidia terminaste de preparar las bandejas? —Pregunto Alfred (esposo de Marta, dueña de la posada).
—Sí, señor, está listo, las iré a repartir ahora mismo. —Respondió Lidia tomando las bandejas.
Lidia repartió cada bandeja en las habitaciones que se le habían señalado y después de terminar corrió a su cuarto en búsqueda de lo que había comprado para Javier y Cion “No logre darle el obsequio antes a Cion porque no creí que fuera el momento, pero ahora, ahora espero poder dárselo con mayor facilidad, ya que llevo uno para Javier también” pensó Lidia mientras tomaba su bolso con los regalos y caminaba hacia la habitación de aquellos hermanos.
[Toc toc]
Lidia llamó a la puerta de los hermanos viendo a Cion abrir e invitándola a entrar, al estar dentro ella pudo ver a Javier completamente dormido sobre la cama con una sonrisa en los labios “Se ve mucho mejor que cuando lo conocí, en ese entones estaba bastante delgado y apenas sonreía” pensó Lidia mirando la tierna y pequeña cara Javier.
—Está mucho mejor desde que te conoció. —Dijo Cion mirando a Lidia con una sonrisa.
Cion camino hacia la mesa de la habitación e invito a Lidia a tomar asiento en la silla frente a él.
—Hoy fue un día bastante agitado, ¿verdad? —Pregunto Cion refiriéndose a lo que había pasado aquella tarde con el príncipe.
—Cion, sobre eso yo… —Lidia miro a Cion y este agito la cabeza en negación.
—No, no te obligaré a decirme lo que sucede Lidia, de todas formas, quiero que sepas que puedes contar conmigo, tú ayudaste a mi hermano a superar su enfermedad e incluso te diste el trabajo de restaurar mi maná, así que no, no te daré la espalda nunca, te debo demasiado y eres una gran amiga a la que realmente aprecio demasiado. —Dijo Cion tomando la mano de Lidia que estaba sentada frente a él.
Lidia bajo la mirada algo dolida porque no quería mentirle a Cion, pero de todas formas sería difícil que él le creyera lo que ella sabía realmente “¿Cómo decirle que estoy tratando de evitar mi destino escrito por el autor? Yo no pedí despertar en el cuerpo de la protagonista de esta novela, solo pido tener una vida tranquila y normal, como el de cualquier otra persona” pensó Lidia mientras apretaba la mano de Cion quien sintió su corazón agitarse al ver el rostro triste de Lidia.
— ¿Lidia? —Susurro Cion.
—Gracias Cion, de verdad me alivia saber que no me preguntaras demasiado sobre lo que sucede, solo debes saber que no he hecho nada malo y no pienso involucrarte de nuevo en algo así, tú eres mi amigo y te aprecio tanto a ti como a Javier. —Respondió Lidia sacando los regalos que les había comprado a ambos de su bolso.
Cion vio el collar que ella le había comprado y el caballo de madera que le traía de regalo a Javier, Lidia sonrió alegre mientras que Cion tomaba el caballo de madera y sonreía por el detalle “Ella se dio el tiempo de buscarle un regalo a mi hermano y a mí, es… Encantadora, esto se está haciendo cada vez más difícil” pensaba Cion sonriendo mientras se paraba y dejaba el caballo de madera en la mesa de noche al lado de donde dormía. Javier, al voltear y volver a la mesa, este vio el collar, era un collar artesanal común, con una correa de cuero y una piedra de río azul lago en él.
—Esto es… ¿Para mí? —Pregunto Cion tomando el collar en su mano.
—Sí, yo, lo compré esta tarde en el mercado, en cuanto lo vi, pensé inmediatamente en ti, digo, es que, se parece al color de tu cabello. —Respondió Lidia sonrojándose mientras mordía su labio nervioso.
Cion al ver la reacción que ella estaba teniendo al darle el regalo no pudo evitar sentirse completamente complacido, más aún al ver el nerviosismo de Lidia frente a él “Sus mejillas estás completamente rosadas” Se dijo a sí mismo Cion mirando el rostro de Lidia.
—Está muy bonito, sin duda lo usaré siempre, a fin de cuentas, es el preciado regalo que me dio mi gran amiga. —Dijo Cion a Lidia.
Ella al escuchar las palabras de Cion levanto el rostro con una gran sonrisa en su rostro “Soy su amiga, sí, me gusta eso, nunca había tenido un amigo antes, pero se siente realmente bien, es como tener miles de mariposas en mi estómago” pensó Lidia al ver a Cion colocarse el collar y guiñarle el ojo de manera juguetona.
— ¿Cómo me queda? ¿Te he dejado perpleja con mi belleza? —Dijo juguetonamente Cion mientras sonreía a Lidia.
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