Capítulo 103
“…Sin duda es una oferta generosa, pero no puedo dejar a mi hija al cuidado de un extraño, Alteza”.
Cuando mamá respondió, papá y David la miraron con los ojos muy abiertos. A su vez, las cejas de Ciel cayeron como si le entristeciera su respuesta.
“Un extraño… Por supuesto. Pero, ¿quién sabe si seguiré siéndolo o no?”.
¿Era sólo mi imaginación, o parecía que utilizaba el viento para que su voz sonara más fuerte y los guardias y los habitantes de la baronía escucharan lo que acababa de decir? Todos aguzaron el oído.
Mamá estaba siempre, firmemente tranquila, sin embargo, justo en ese momento, temblaba débilmente. Estaba a punto de dar un paso adelante, pero papá se me adelantó.
“¡¿No he rechazado ya antes a Su Alteza?!”
“Por favor, permíteme saber a qué se debe. ¿Por qué rechazó mi propuesta a Lady Closch? Haré lo que sea para satisfacer sus exigencias”.
A pesar de la férrea oposición, Ciel siguió adelante, y papá también vaciló. Teniendo en cuenta su posición, lo más natural hubiera sido que Ciel reaccionara con enfado al ser menospreciado de esa manera. Cualquier noble normal habría reaccionado así.
Pero Ciel no hizo nada de eso. Al contrario, incluso miraba a mis padres con una mirada desesperadamente suplicante.
Yo seguía sin entender. ¿Realmente hablaba en serio cuando decía que quería casarse conmigo de nuevo?
Pero, ¿por qué demonios?
“No creo que este sea el momento y el lugar para tener esta conversación. Lo invitaré formalmente a nuestra casa la próxima vez, Duque”.
Cuando las palabras de mamá cortaron de raíz la situación, los guardias empezaron a murmurar: “Ahh, señora, por favor…”, pero mamá fingió no oír nada de eso. Por eso, de alguna manera, me sentí avergonzada.
“Sí, tienes razón, esposa mía. Sería mejor resolver todo aquí primero. Parece que ya nos hemos ocupado de todos los monstruos, pero aún no podemos estar seguros”.
Papá nos atendió así a mamá y a mí, luego se enfrentó a los guardias y dio sus órdenes.
“¡Divídanse en escuadrones y busquen por todo el pueblo! Si encuentran algún rastro de los monstruos que queden, ¡disparen una bengala y avisen a los demás!”.
“¡Sí, señor! Entendido.”
Sin más, la mayoría de los guardias se agruparon de forma rápida y ordenada antes de salir hábilmente, mientras el resto se quedaba aquí y vigilaba a los civiles mientras regresaban al pueblo.
Yo también estaba a punto de marcharme junto a mamá, pero volví a mirar a Ciel.
Tal vez observándome todo el tiempo, Ciel me devolvía la mirada.
“Mamá, por favor, dame un momento”.
Mamá me miró, luego a Ciel a su vez. Como si lo supiera, simplemente asintió.
“Debes volver aquí antes de que termine de poner las cosas en orden aquí”.
“Sí, mamá. Lo haré”.
Abrazándola ligeramente, me di la vuelta. A medida que me acercaba más y más a ella, la expresión de Ciel se iluminaba. Era tan fácil leerlo así.
“Tengo algo que me gustaría decirte”.
“Sí, lo que quieras”.
Lo llevé a un lugar donde hay menos gente a nuestro alrededor, y sorprendentemente, estaba cooperando tan fácilmente. En ese lugar, al fondo, vi a Aiden. Miraba a la gente de su alrededor como si los observara.
Y justo en ese momento, asintió levemente con la cabeza, pareciéndome bastante sospechoso. Al instante me acordé de algunos Espers en la vida anterior, y le pregunté a Ciel por si acaso.
“¿Tu hermano menor también es un Esper?”
“…Nada se le escapa”.
“¿Entonces es verdad? Pero nunca leí algo así en la novela…”
Me apresuré a no decir nada más. Sin embargo, Ciel se limitó a encogerse de hombros con indiferencia.
“No pasa nada. Yo también he leído esa novela antes”.
“¿Sí?”
“Sí.”
“Después de viajar a otra dimensión, me convertí en ‘el personaje principal’-¿ese libro?”
“Sí.”
Me quedé desconcertada. Entonces, una epifanía. En aquel momento, nunca pensé que fuera un viajero dimensional, sólo un extranjero. Nunca se me ocurrió.
¿Qué pasó por su mente mientras leía aquella novela, en la que él era uno de los personajes? ¿Cómo se sintió cuando descubrió que su mundo sólo era ficción en Corea?
Lo primero que sentí fue simpatía y remordimiento por él, pero lo siguiente fue Seo-yoon. Ella podría haberle recomendado esa novela, igual que hizo conmigo.
“¡Esa zorra!”
Sin darme cuenta, la palabra salió de mis labios en ese momento. Estoy enfadada, no, lívida. No sólo me había estado acosando a mí, sino que también debía de molestar a Ciel.
¿Pero por qué? ¿No se querían?
“Pfft, tú…”
“Ah…”
La ira al rojo vivo que me invadió me dejó ciega por un momento, pero al sacudirme de este trance, me di cuenta de lo grosero que era decir algo así delante de un duque.
“Lo siento, me enfadé tanto por un momento que…”
“Pfft, haha…”
Mientras su cabeza estaba baja, sus hombros temblaban. La forma en que estallaba en carcajadas era algo que nunca antes había visto en mis dos vidas. Me quedé sin palabras. A pesar de ser mi marido por aquel entonces, Ciel nunca se reía delante de mí. Pensé que tal vez no tenía nada de qué reírse en Corea. Nunca tuve dudas sobre esto, así que ahora mismo, estoy… confundida.
“Tú… pfft, no has cambiado nada, de verdad.”
“¿Yo?”
Yo personalmente pensaba que había cambiado mucho respecto al pasado. Más bien, era él quien parecía haber cambiado tanto. Sólo míralo sonreír tan alegremente.
Comment