Capítulo 67
“¡Bienvenidos!”
Un joven se acercó a las dos personas que entraban en la tienda, saludándolas cordialmente.
“Es su primera vez en la herrería, ¿verdad?”.
“¿Cómo lo sabes?”
“Oh, claro que lo sé. La gente que viene aquí es siempre la misma desde que la finca es pequeña”.
“Ya veo.”
“Bien, ¿entonces puedo preguntar qué está buscando hoy?”
“Escuché que hacen una clase separada de armas para la caza de monstruos aquí…”
“¡Sí! Mi padre y mi abuelo hacen esas armas ellos mismos. Le mostraré el lugar”.
“Gracias.”
Ciel y Aiden siguieron al empleado más adentro de la herrería. Entonces, se oyó una voz desde allí.
“Dios mío, Milady. Aún así, ¿no es demasiado grande?”
“Si no es tanto, ni siquiera infligirá suficiente daño a un monstruo”.
“Pero aún así tiene que usar un arma que sea proporcional a su físico”.
“Tengo fuerza suficiente para blandirla. No hay nada de lo que debas preocuparte”.
“Su Señoría me va a regañar. ¿De verdad va a poner a este viejo a prueba, Milady?”
“Me aseguraré de explicárselo bien a papá, así que de verdad, no te preocupes. Quiero este arco”.
“Dios mío…”
Sólo por el contenido de la conversación, era fácil deducir de quién se trataba. Expresando plenamente su indiscutible alegría, Ciel entró en la habitación interior.
Pensó que no podría ver a Irene a menos que la siguiera, pero estaba aquí, delante de él.
“¿Eh? ¿Señorita?”
Encontrándola tardíamente, Aiden la llamó alzando la voz.
Entonces, unos claros ojos verdes se dirigieron indiferentes hacia ellos.
* * *
Pensé que era extraño que esos ojos persistentes no estuvieran sobre mí hoy. Interiormente, me sentía renovada, pero por alguna razón, hay algo que me incomoda.
Papá y mi hermano se fueron hoy a la guarnición, y mamá estaba ocupada arreglando el presupuesto de este mes para la mansión y el territorio.
Como decidí salir sola a la ciudad, miré por la ventana para ver las calles. Y cuando caminaba por la avenida sin Mary a mi lado, se me ocurrió de repente.
Era la primera vez que me quedaba completamente sola desde que me reencarné…
Obviamente, estaba acostumbrada a estar sola en mi vida pasada. Aunque diez años no era poco tiempo, ¿cuándo empecé a sentirme incómoda estando sola?
No sabía lo solitario que era no tener a mi familia, que siempre me abrazaba cariñosamente.
En el pasado, no me sentía así ni siquiera cuando mi marido no estaba conmigo…
Después de sentirme inquieta, pasé por una librería y miré a ver si había alguna novela nueva. Elegí la novela que más me apetecía leer y pronto salí de la tienda.
No pude evitar acordarme de la situación económica del hogar. Me alegro de haber traído el dinero que tenía ahorrado.
“Hm…”
Mi mente siempre había sido la de un adulto, pero ahora que realmente era un adulto, tanto en cuerpo como en mente, creo que hay algo que realmente podría hacer para ayudar a mi familia.
En el pasado, todo lo que me enseñaron fue el asesinato encubierto y la subyugación de monstruos.
Por otro lado, lo único que me enseñaban eran cosas improductivas como etiqueta, cultura o leer y recitar poesía. No se me ocurría ningún otro método para ayudar.
“Es cierto que tenemos la guarnición para proteger el territorio, pero ¿hacen uso del botín de los monstruos?”.
Si se trata de recoger la manada de uno en uno, creo que podría hacerlo. Los monstruos no servían de mucho mientras estaban vivos, pero los diversos subproductos que soltaban después de ser sometidos eran bastante útiles.
“Y es posible hacer escudos con la piel de los monstruos, ¿verdad?”
Es una práctica que se utiliza no sólo en Corea. El hermano dijo que regularmente recogía pieles de monstruos para hacer armaduras ligeras pero resistentes. Aunque no se veía bien, era práctico y eficiente.
“Y ya que ha dicho que va a mandar hacer más para los ciudadanos del territorio, será útil que recoja más pieles de monstruos y las lleve a la herrería, ¿verdad?”.
No estoy en esto por el dinero, pero es una buena idea que va a ser útil para la finca.
Para ello, lo primero sería conseguir armas. Las armas que tenía ahora no eran muy apropiadas para cazar monstruos.
Ahora con el propósito de comprar un arco y algunas flechas para usar contra los monstruos, avancé con pasos deliberados. El lento andar se hizo cada vez más rápido. Estaba entusiasmada por ayudar a mi familia.
Cuando llegué a la herrería, me apresuré a hablar con el viejo Benjamín, y él me respondió sorprendido. Sin embargo, mis pensamientos iban a mil por hora, y no veía la hora de empezar a entrenar con armas monstruosas.
“Quiero mirar algunas armas”.
“¿Está aquí sola, Milady?”
“Muéstreme las armas destinadas a la caza de monstruos, por favor.”
“Muy bien… Por favor, venga por aquí.”
Caminó lentamente hacia delante, todavía mirándome dubitativo. No debería ser un gran problema que viniera aquí sola, pero no podía borrar su expresión curiosa.
“¿De verdad está aquí sola? Su Señoría o el Joven Amo van a recogerla, ¿verdad?”.
“Ya soy adulto, así que puedo salir sola”.
“…Ya veo.”
El perplejo Benjamin seguía caminando lentamente, así que no pude evitar apresurarle un poco. Entré en la sala de exposición y señalé sin pudor un arco y un carcaj de flechas destinados a la caza de monstruos.
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