Capítulo 41
Al día siguiente, fui a la guarnición con papá, mi hermano, Ciel y Aiden. Originalmente, se suponía que irían allí por separado un día más tarde, pero como Ciel también estaba interesado en la guarnición de la finca Closch, decidió acompañarnos hoy.
Mamá parecía querer protestar, sin embargo no me detuvo como antes. Parecía estar pensando en la promesa que hizo mientras yo estaba enferma.
Nuestros dos carruajes irían en convoy mientras nos dirigíamos a la guarnición. Hermano, papá y yo iríamos juntos, mientras que Ciel y Aiden irían en el otro carruaje.
No pude evitar echar un vistazo a la cara de Ciel mientras seguía a Aiden al carruaje. Por alguna razón, parecía más demacrado y agotado que ayer.
Era similar a su aspecto cada vez que volvía a casa de una de las irracionales misiones que le habían encomendado en el pasado. Sin darme cuenta, mis ojos seguían gravitando hacia él.
Su condición es así aparentemente por falta de guía… Prueba suficiente eran sus ojos inyectados en sangre y las bolsas oscuras bajo esos ojos.
¿No debería Seo-yoon haberle guiado ya? En la novela, la santa guiaba a Ciel enseguida. Y lo recuerdo claramente porque la santa lo guiaba con contacto directo, no sólo radial. La escena era bastante caliente.
Cuando leí esa parte de la novela por primera vez, aún no sabía que el segundo protagonista masculino era Ciel, pero aun así me sentí incómoda por alguna razón. No pude evitar arrancar y arrugar las páginas que representaban esa escena.
Mientras estábamos en el vagón, papá y mamá me hablaron de algo, pero yo no podía quitarme de la cabeza la cara de Ciel.
Me sentía tan feliz y aliviada por haber conseguido pasar la noche anterior, pero ahora, al llegar el día siguiente, no sabía cómo debía sentirme.
La guarnición estaba en los límites del feudo, así que tuvimos que quedarnos un rato en el carruaje.
Y, lo primero que vimos nada más llegar fue un edificio en mal estado.
Obviamente hecho con materiales endebles, el cuartel de los guardias era una estructura de construcción precaria hecha sólo de tablas de madera. Había clavos por todas partes y las ventanas no tenían cristales, sólo tablas, a través de las cuales se oía el ruido del viento.
Me quedé con la boca abierta. Sabía que papá y el hermano nunca se excusaban del servicio nocturno, y que a veces se quedaban aquí a dormir.
Luego, lo segundo que vi fueron amplios campos de entrenamiento. Aunque no invertían mucho en los cuarteles de los guardias, los campos de entrenamiento eran diferentes.
El suelo no era un polvoriento suelo de tierra, sino un denso y amplio césped. Aunque la gente se desplomara entrenando, su caída quedaría amortiguada hasta cierto punto.
Y por allí, el gimnasio parecía mucho más robusto y limpio de lo que podrían ser los cuarteles. Había una gran variedad de equipos de entrenamiento en el interior, y también había armas bien mantenidas expuestas en filas.
“Has prestado mucha atención al campo de entrenamiento”.
Murmuró Ciel en voz baja, notando lo mismo que yo.
Rascándose la cabeza con vergüenza, papá contestó.
“No sé si sería suficiente desde la perspectiva de Su Alteza, pero es lo mejor que hemos podido reunir”.
“¡Está aquí, Capitán!”
En ese momento, los guardias se alinearon uno al lado del otro y nos saludaron en voz alta.
“¡Capitán, Teniente, buenos días!”
La forma tan disciplinada en que actuaban me recordó cómo había sido yo en el pasado.
“Señorita, ¡encantado de conocerla!”
Sus voces ahora se hicieron más fuertes que el primer saludo que se hizo a papá y a mi hermano. Entonces, mi hermano se adelantó e increpó a los guardias.
“No saluden a mi hermana de forma tan desordenada. Si Rin se pone nerviosa, ¿se harán responsables? Basta con verlos para que se asuste, ¡pero qué hacen todos levantando la voz así!”.
Sin embargo, desde donde yo estaba, la voz de nadie podía compararse con lo fuerte que era la de David.
En cualquier caso, no me importó lo que dijo David y pasé a saludar a los guardias.
“Les agradezco a todos. Siempre he querido saludar a los miembros de la guarnición que sirven para proteger nuestro feudo y a nuestra gente.”
“¡Oh-! ¡Su voz!”
“¡Hey!”
Habían estado alineados tan ordenadamente hasta ahora durante sus saludos, pero su formación pronto se desorganizó al alborotarse.
Entonces, papá dio un paso adelante.
“Ahora, ahora. Estamos aquí con un invitado especial. Por supuesto, mi hija también es una invitada especial, pero aquí hay dos personas que viajaron lejos sólo para venir a nuestro territorio. Este es el Duque Leopardt, y su hermano menor, el Joven Duque”.
Ante la sola mención de “duque”, los rostros de los guardias cambiaron rápidamente. Las cabezas de todos revolotearon bruscamente en dirección a Ciel, a quien miraban con miradas tan encendidas.
Como hasta ahora estaban detrás de nosotros, tanto Ciel como Aiden se acercaron a saludarnos.
“La guarnición de la finca Closch es famosa entre los caballeros. De hecho, tal y como he oído por los rumores, se trata de una orden de caballeros notablemente fiable”.
Las palabras de Ciel no eran sólo para halagar. Después de todo, la guarnición sólo se llamaba guarnición debido a un cierto estándar que no se podía cumplir, pero en verdad, todos eran caballeros de buena fe.
“¡Su Alteza el Duque! Con el debido respeto, ¿puedo hablar?”
“Por supuesto.”
Uno de los guardias se acercó y habló con Ciel.
“Nosotros también conocemos bien las hazañas y la reputación de Su Alteza. Ya que está aquí, por favor, permítanos pelear con usted, señor”.
“¡Eso es! ¿Cuándo habrá otra oportunidad como ésta, señor?”
“¡Por favor, entrene con nosotros, señor!”
Se habían calmado un poco hacía un momento, pero el ambiente pronto volvió a ser alborotado. Todos los guardias miraban a Ciel con admiración en los ojos.
Él respondió a su desafío con una sonrisa burlona.
“¿Uno contra uno? ¿O van a luchar todos a la vez contra mí?”.
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