Capítulo 39
Durante la comida, Ciel observó atentamente a la joven de la Baronía de Closch. Descubrió que sus ojos gravitaban naturalmente hacia ella.
Sin embargo, antes, cuando había entrado por primera vez en la mansión, se dio cuenta de que su expresión se puso rígida en cuanto le vio, pero en un santiamén recompuso hábilmente sus facciones.
Aunque sólo fuera la hija de un barón, en ese momento resplandecían sus raíces aristocráticas. Más bien podría decirse que el propio barón era más propenso a revelar sus pensamientos más íntimos.
A lo largo de la cena, se hizo evidente para Ciel lo mucho que le valoraban como invitado. Era evidente con sólo mirar la comida en la mesa.
Además, también tuvo la oportunidad de conocer un poco mejor a Lady Closch observándola.
Hubo un momento en que lo único que hizo fue mirar el filete, como si no estuviera acostumbrada a verlo.
Y, en cuanto le dio un bocado, prácticamente se derritió. Su expresión había sido rígida desde que vio a Ciel y Aiden antes, pero un bocado del filete la hizo deshacerse.
No tardó nada en concentrarse por completo en la comida que tenía delante, sin prestar apenas atención a lo que la rodeaba. Sin embargo, de alguna manera le agradó ver esto.
Es cierto que había acudido a la finca de Closch para investigar a la hija del barón, pero a diferencia de lo que pretendía, sus ojos, sin darse cuenta, seguían magnetizados por ella.
Aiden parecía estar en la misma situación. Tal vez sea sólo porque Ciel le dijo que usara su poder con la joven, pero el interés que tenía con ella podía verse clara y llanamente.
Pronto entabló una profunda conversación con el barón. Efectivamente, en la finca de los Closch aparecían monstruos con frecuencia, por lo que el barón era conocedor de tales monstruos.
Lo mismo ocurría con Ciel.
No, al contrario, tal vez si se tuviera en cuenta también el pasado de Ciel, en realidad podría ser más conocedor de los monstruos que el barón.
Los monstruos que aparecían en el imperio y los monstruos que aparecían en Corea diferían en su aspecto, pero eran bastante similares en un nivel fundamental.
Todo lo que hacían era destruir y devorar todo lo que se interponía en su camino. Y sus patrones de comportamiento no eran muy diferentes.
En cuanto a sus características, los monstruos de cada tipo eran prácticamente iguales. Sólo que tendían a tener diferentes apariencias externas, y también aparecían en diferentes lugares.
Después de la comida, que no fue ni demasiado corta ni demasiado larga, Ciel regresó a los aposentos de los invitados con Aiden.
El barón parecía querer tomar una copa con él, pero la baronesa Closch, la señora de la casa, detuvo a su marido, diciéndole que debía dar a Ciel y a Aiden algo de tiempo para descansar y aliviar su fatiga.
A decir verdad, Aiden estaba bastante cansado por el largo viaje en carruaje, así que Ciel acató la sugerencia de la baronesa.
En cualquier caso, Ciel no tenía intención de quedarse aquí sólo una noche, así que no le importaba aplazar la sesión de bebida con el barón para otro día.
Está planeando encontrar una buena razón para quedarse aquí en la baronía el mayor tiempo posible.
Esta era una oportunidad preciosa. ¿Quién era él para dejar pasar una oportunidad tan afortunada?
Y además de eso, su paciencia ya estaba en el fondo del barril.
“Aiden.”
Sentía una enorme curiosidad por saber si su hermano menor había conseguido asomarse a la mente de la joven. Al mismo tiempo, una sensación de incomodidad desconocida también surgió dentro de él.
“Sí, Hermano.”
“¿Cómo fue?”
Francamente, se sentía un poco apenado hacia Lady Closch, sobre todo porque era una mujer y estaban invadiendo su intimidad. Y podía haberla oído mal.
Pero aun así. Era sospechoso que supiera el nombre de la santa.
A fin de cuentas, sin embargo, el interés de Ciel ya se había fijado en ella.
Aiden no pudo responder de inmediato. Dudó un poco antes de abrir los labios para hablar.
“Es extraño, hermano”.
“¿Qué cosa?”
Mientras Ciel se debatía entre sus pensamientos, se sintió aún más complicado al escuchar a Aiden responder así.
Su hermano menor reflexionó por un momento, y después de un rato, finalmente respondió.
“No pude escuchar nada de ella. Pero es de una manera diferente”.
“¿Qué hay en ella que sea diferente?”
Dejando escapar ligeramente su impaciencia, Ciel se apresuró a apremiar de nuevo al más joven. A su vez, Aiden explicó con entusiasmo lo que había sentido.
“Ya te lo he dicho antes, ¿verdad? Que hay algunas personas a las que no puedo escuchar en la mansión. Cuando experimenté eso, simplemente no podía oír nada”.
“¿Pero?”
“Pero el caso de Lady Closch es un poco diferente. No es que no pueda oír nada de ella, y no es que no esté pensando en nada. Es más bien como si… ¿algo me bloqueara? Como un muro que me impide indagar en su mente. Y el muro es tan denso que ni siquiera puedo intentar atravesarlo…”
Aiden ladeó la cabeza, tal vez sintiendo que no podía explicarlo mejor.
Sin embargo, Ciel pensó que Aiden estaba haciendo un buen trabajo explicando lo que había sucedido.
Ciel mismo podía entender de lo que estaba hablando, y esto se debía a que es similar a lo que otro Esper con base psíquica le dijo en el pasado.
Él no podía leer las mentes de los Espers y Guías que eran de una clase superior a la suya. Dijo que había algo como un muro invisible bloqueando su camino, y trató de atravesarlo. No sólo se sorprendió por el retroceso, sino que incluso se desplomó.
A diferencia de un Esper de base física, los Espers de base psíquica tenían que librar una batalla mental invisible en lugar de una lucha física. También oyó que un golpe lo suficientemente fuerte en la psique era suficiente para amenazar la vida de un Esper.
Ciel tuvo una sensación de incompatibilidad.
De hecho, incluso desde el principio, Lady Closch fue desconcertante en muchos sentidos.
Conocía el nombre de la santa.
Ella seguía haciendo cosas que le recordaban a su esposa.
Y ahora, ella también tenía una barrera tan grande alrededor de su mente…
“O un Esper o un Guía. Uno que es de una clase más alta que Aiden…”
Comment