—Gracias por consolarme.
Blanca sonrió levemente. Con solo mirar esa sonrisa gentil, no podrías creer que había estado encerrada en el castillo de Arno golpeando paredes en todas direcciones.
Mientras Robert observaba a Bianca tratar con las mujeres nobles, sus ojos se abrieron con incredulidad y Sauveur se rió ante la naturalidad de la dama a la que servía.
Y los que se sorprendieron más que nadie fueron Gustave y Johaseng. La Bianca que conocen se había detenido a los siete años, y aunque regresó a la capital para restablecer su relación, todavía estaba acostumbrada a ser tortuosa y tímida. El hecho de que la madre de la difunta Bianca tampoco fuera sociable reforzaba su prejuicio.
¡Bianca, que era así, no perdió una palabra cuando se enfrentó al vizconde Volne y, naturalmente, tomó la delantera en las conversaciones con mujeres nobles!
Al ver a Bianca comenzar una conversación con flexibilidad, abrieron la boca.
—Por cierto, ¿preguntaron sobre el encaje antes?
—¿Se llama encaje?
Encaje, encaje. Todas reflexionaron sobre la palabra encaje. ¿Cómo pueden conseguir algo hecho de encaje?
El pañuelo era demasiado codiciado, pero el chal blanco envuelto alrededor de su espalda era realmente una obra de arte. Todas involuntariamente abrieron la boca y miraron el chal de Bianca. Había pasado mucho tiempo desde que habían olvidado cómo Bianca había arrinconado a un noble sin ningún lugar a donde correr.
Al ver a esas mujeres, Bianca humildemente bajó la cabeza con una sonrisa tímida y dijo.
—Sí, así es como yo lo llamo. Es vergonzoso, pero yo lo hice.
—Oh, ¿la propia condesa?
—Tejer y bordar son sus pasatiempos, pero en verdad es buena con sus manos. Es realmente increíble.
—Cambiaría unas cuantas piezas de seda por algo como esto.
—Me siento un poco halagada de que lo hayan visto como algo tan precioso. Gracias.
La gente sorprendida se estremeció ante las palabras de Bianca. A pesar del pequeño elogio, Bianca bajó los ojos en silencio. Cuando la respuesta que querían no llegó fácilmente, todas miraron a Bianca.
Lo que querían estaba claro. ¡Tener ese encaje! Delante del encaje de Bianca, el pañuelo de seda bordado con hilo dorado también se desvaneció. Si hubieran sabido dónde podían conseguirlo, lo habrían comprado aunque costara mil millones de monedas. Bianca dijo que lo hizo ella misma, así que no había más remedio que quedar bien con ella. Todos los que querían que Bianca vendiera el encaje, se apresuraron a elogiar la artesanía de Bianca.
La pandilla de la baronesa Guildard, que maldijo a Bianca junto con Celine, estaba atónita.
Era difícil creer que la arrogante Bianca, que se negó a hablar con ellas cuando se encontraron en el jardín, era la misma Bianca, que ahora estaba rodeada de personas. Sus mentes eran complicadas.
Era una de las dos. O la Condesa Arno es una gran actriz, o lo que vieron en ese momento fue una ilusión llena de prejuicios….
Ellas también querían unirse a la conversación, pero vacilaron, incapaces de hablar.
Así el salón de banquetes volvió a la vida. El rey pareció satisfecho con la atmósfera amistosa, y los músicos tocaron sus instrumentos un poco más fuerte.
Bianca se rió para sus adentros mientras respondía a cada persona con una sonrisa ante sus palabras.
«Con esto debería ser más o menos suficiente. ¿Realmente tengo que ir tan lejos para dirigir un negocio?»
En ese momento, Bianca sintió una mano rozando su espalda. Las manos que se deslizaban por la cintura parecían acostumbradas como si estuvieran sujetando algo suyo.
Bianca miró al dueño de la mano, Zachary.
Tan pronto como Bianca se volvió hacia él, Zachary se inclinó hacia ella y le susurró en voz baja al oído.
—¿Has terminado la cosecha?
Bianca sonrió suavemente y asintió al recordar sus propias palabras de que la cosecha se hace cuando está madura.
—Es un año muy próspero.
Ante las palabras alegres de Bianca, Zachary también asintió con satisfacción. Zachary susurró, acercando su cintura lo suficiente como para abrazar a Bianca. Los labios de Zachary rozaron la mejilla de Bianca.
—Eso es un alivio. Entonces saldré un momento. Por favor, mantente sentada.
—Entendido, adelante.
Se preguntó por qué Zachary abandonaría el salón de banquetes, pero no preguntó porque pensó que podría haber una razón.
Bianca asintió despidiendo a Zachary.
Zachary barrió suavemente la mejilla de Bianca con el dorso de la mano y se puso de pie. Tan pronto como se movió, levantó la mano y contuvo a los que estaban tratando de armar un escándalo, y salió silenciosamente.
Las mujeres nobles que vieron los gentiles gestos de Zachary hacia Bianca suspiraron profundamente. Solían pensar que era un tipo contundente, pero es más romántico con su esposa que con nadie, tanto como lo demostró en el torneo.
Pero era inútil tener envidia. No habría más de un hombre así, y sus esposos y mucho más sus amantes, estaban lejos de poder ser comparados con Zachary.
Al menos el Príncipe Jacob es comparable a Zachary…. Sin embargo, era algo conocido que el Príncipe Jacob no tenía interés en las mujeres, e incluso «ese» Príncipe Jacob parecía muy interesado en Bianca. Un suspiro lleno de envidia estalló por aquí y por allá.
Aunque este torneo y banquete se llevó a cabo para celebrar el compromiso del Príncipe Albert y la Princesa Navarra, no hubo objeción a que la verdadera protagonista se trataba de Bianca.
Todos envidiaban a Bianca, pero Bianca, la persona involucrada, estaba cansada de la atención excesiva.
Normalmente, habría dejado en claro que le disgustaba, pero hoy no podía hacerlo.
Debido a la disputa con el vizconde Volne, tenía que administrar su imagen y mantener un interés favorable para ayudar a las finanzas de la familia Arno vendiendo encajes.
Bianca presionó las comisuras de sus labios tan fuerte como pudo y sonrió.
«Debería esperar un poco más, y si es realmente difícil, tendré que irme por un tiempo».
Al pensar en eso, los labios de Bianca se torcieron.
Bianca rápidamente pensó una excusa para dejar su asiento. Aquellos que no tenían idea de los pensamientos de Bianca continuaron haciendo preguntas a Bianca. Una y otra y otra vez
* * *
—¡¡Todo esto sucedió porque eres estúpida!!
De repente, un sonido resonó en el pasillo.
El vizconde Volne, que había escapado del salón de banquetes, abofeteó a Celine en la mejilla. Las mejillas de Celine se hincharon en rojo. Los ojos de Celine se llenaron de lágrimas, pero el vizconde Volne presionó a Celine aún más.
—¿Estás aliviada por los frugales favores de esa perra? Estás feliz de quedarte en la capital, ¿no es así? ¡Eres una perra desagradecida que ni siquiera le importa la humillación que sufrió tu padre por ti!
¡Dicen que criar una hija no sirve de nada…! ¡No fue mi intención pagar ese vestido para que me pagarás de esta manera!
La voz elevada era ronca. La persona que ni siquiera podía decir una palabra correctamente frente al rey criticó a Celine por su impulso. Los ojos del vizconde Volne brillaban mientras miraba a su hija.
—¡Ni siquiera quiero verte! ¡Regresa a tu habitación ahora mismo y mantén un perfil bajo!
Ante el descontento del vizconde Volne, Celine regresó a su dormitorio sollozando.
—Cosa inútil.
El vizconde Volne, que la miró con desaprobación, apretó los dientes. Y luego estalló en ira mientras hablaba consigo mismo.
—¡¿Cómo crió el Conde Blanchefort a su hija…?!
La situación de hoy fue el resultado de que el Vizconde Volne ignorara la educación de sus hijos, pero en cambio culpó al Conde Blanchefort.
—Incluso el Conde Arno. ¿Tiene sentido que su esposa se vuelva loca como un potro salvaje y él no se mueva?
También se rió sin pestañear mientras Celine hablaba como le placía, pero de nuevo, no importaba. El vizconde Volne siguió culpando a los demás sin siquiera pensar en lo que había hecho.
—De alguna manera…. debo asegurarme de vengar la humillación de hoy. Pero detrás de ella está el Conde Arno, y el primer príncipe…. Oponentes a los que no puedo enfrentar… Entonces….
Sus pasos eran rápidos mientras caminaba, casi murmurando para sí mismo. En ese momento, se encontró con Jacob que estaba afuera.
El rey pensó firmemente en el primer príncipe como su sucesor, y detrás del primer príncipe estaba el conde Arno, quien es elogiado como un héroe de guerra, por lo que era obvio que el primer príncipe se convertiría en el próximo rey.
Sin embargo, el Segundo Príncipe era superior al Primer Príncipe en muchos aspectos y era un hombre ambicioso. Si ese hubiera sido el caso, el vizconde Volne se habría puesto del lado del Primer Príncipe, pero lo que lo incomodó fue la persistencia del Segundo Príncipe. Si el vizconde Volne pasara a estar bajo el primer príncipe y el segundo príncipe se convirtiera en rey…. Ni siquiera quería pensar en ello.
Hasta ahora, ha estado sopesando entre el 1° y el 2.º príncipe, pero como llamó la atención del Conde Arno, no podría unirse al Primer Príncipe. Más bien, ahora debería apoyar a Jacob, el segundo príncipe.
¡Incluso Jacob apareció justo en el momento en que el vizconde Volne estaba tratando de encontrarlo!
El momento fue perfecto.
El vizconde Volne sonrió brillantemente y se acercó a Jacob.
—¡Su Alteza!
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