Zachary sabía que no debía desenvainar su espada de manera imprudente. Mucho menos frente a un miembro de la familia real.
Sin embargo, a pesar de ese hecho, el estado de ánimo de Zachary no se calmó y solo empeoró.
La causa era obvia.
¡La mirada de Jacob hacia Bianca!
Miraba a Bianca persistentemente, sin dudarlo, incluso en presencia de su esposo, Zachary. Afortunadamente, la oscuridad cubría un poco su rostro. Pero no sabía si la antorcha y la luz de la luna sobre Bianca la harían aún más soñadora.
Zachary reprimió el deseo de cortarle el cuello a Jacob de inmediato, pensando en cómo evitar este lugar sin mucho alboroto. Realmente se sentía como si algo fuera a suceder. Es un gran problema que no puede manejar.
Jacob también sintió que la incomodidad de Zachary había llegado a su límite. No debería provocarlo más. Pero incluso sabiendo eso, no podía apartar los ojos de Bianca.
Tenía la confianza para seducir a Bianca a su manera. Incluso la esposa del príncipe Gautier, que desconfiaba de él, se sonrojaba cuando veía a Jacob.
Además, pensó que podría sostener fácilmente a una joven que solo tenía 17 años. Pero Bianca no traspasó los límites. Por el contrario, mostró un claro disgusto por Jacob.
Tal vez por eso estaba más obsesionado. Es porque sus altos muros aumentaban su deseo de ganar. Cada vez que Bianca fingía no verlo, su estómago ardía de forma extraña.
No podía compararse con las mujeres que corrían con los brazos abiertos sonriendo como flores en pleno florecimiento tan pronto como lo vieron.
«Sí. Si actuo apresuradamente de todos modos, solo aumentará su vigilancia. Me acercaré a ella lentamente, como si estuviera domando a un pequeño animal… Usemos este torneo primero. Allí capturaré su corazón…»
Al verla tan indiferente como si ni siquiera pudiera pensar en tener una aventura, el placer y la sensación de subyugación que sentiría cuando la derribara serían inmensos. Porque el fruto que obtienes después del sufrimiento es más dulce.
«Si me deshago de Zachary, ella será mía al final. Después de perder a su esposo, se sentirá ansiosa y desesperada…. se aferrará a la persona que esté a su alrededor para salir del aislamiento. ¡Y ahí es cuando me acercaré sigilosamente a ella!»
Los labios de Jacob dibujaron un arco de manera significativa. El pensamiento delirante de Jacob parecía plausible a primera vista, pero el problema era que Bianca estaba siendo patrocinada por Arno y Blanchefort. Si Zachary moría, la familia Arno pertenecería a la Condesa, y si ella decidía gobernar sola a la familia, Jacob no tenía más remedio que desistir.
¿Cómo debo hacerlo?
Las preocupaciones de Jacob no duraron mucho. Si las relaciones de Bianca son un problema, todo lo que tiene que hacer es quitarle todo lo que la sostiene.
Jacob miró al vizconde Huegh a su lado.
Por lo general, era ruidoso y lento en sus acciones, no estaba muy complacido con él porque era lo suficientemente astuto como para cuidar de sí mismo. Pero es el hermano mayor de Zachary….
«Sí, no es una mala idea usar a Huegh… Si mata a Zachary y le da la propiedad, intentará echarla de alguna manera.
Blanchefort podría aceptarla si es expulsada, pero si la tildan de vergonzosa y deshonrosa no será fácil. Entonces debe ser expulsada por manchar el honor de la familia. Si la cuido bien, se verá obligada a abrirme las piernas…»
Bianca no sabía lo que estaba pensando Jacob, pero un escalofrío recorrió su espalda tan pronto como su mirada la alcanzó. Qué hombre desagradable.
Bianca, queriendo salir de este lugar rápidamente, dijo mientras tiraba de la manga de Zachary.
—Cariño, me duele la cabeza.
Bianca apoyó la frente en el antebrazo de Zachary, tontamente. Tan pronto como Bianca se movió, el cuerpo de Zachary se endureció.
¿Cariño? Ella no lo llamó cariño ni cuando le dio un caballo como regalo. Es bueno escuchar el apodo «Cariño», pero estaba enojado porque tenía que comprender la situación racionalmente en lugar de disfrutar la alegría de esta situación.
Tragándose todos esos pensamientos, Zachary se despidió sin rodeos, como pretendía Bianca.
—Mi esposa no se siente bien. Así que, nos despediremos primero.
Pero Jacob no era alguien que retrocedía.
—Oh, sí. Estuvo enferma hasta hace poco. Les enviaré una selección de preciosos medicamentos que son buenos para las mujeres.
—No es-…
—No hay necesidad de negarse. Porque es mi sinceridad.
Jacob dijo como si estuviera siendo amable.
No importa lo que dijera Zachary, sintió la voluntad de forzarlo. Era repugnante verlo cuidar a su esposa.
Pero eso no era lo único molesto. ¿Cómo supo Jacob que Bianca había estado enferma? Debe haber plantado sus semillas alrededor de Bianca. O lo compró con dinero.
Tan pronto como regresara a su dormitorio, lidiaría con eso.
Sin poder ocultar su hostilidad dijo.
—Todo lo que mi esposa se lleva a la boca es solo lo que escojo, elijo y permito. Agradezco su consideración Príncipe, pero probablemente mi esposa no hablará sobre lo que envíe. Entonces, me despido.
Fue un mensaje de despedida agresivo.
Zachary inclinó la cabeza para saludar, luego se dio la vuelta sin escuchar las siguientes palabras de Jacob. Dándose la vuelta, Zachary apresuró sus pasos, sosteniendo el hombro de Bianca con una mano.
Bianca también igualó su paso. No quería tratar más con esa gente. Un fuerte viento sopló desde la espalda de Zachary y Bianca que caminaban hacia adelante sin vacilar.
El vizconde Huegh maldijo detrás de ellos. Ni siquiera le importaba si parecía enojado o señalaba con el dedo.
—¡¿C-cómo se atreve…?! Su Alteza, me disculpo por eso, no ha podido aprender porque todo este tiempo estuvo rodando en el campo de batalla.
El vizconde Huegh se inclinó ante Jacob una y otra vez. Pero su disculpa fue solo para calumniar y degradar a Zachary.
¿Qué diablos le hizo Zachary? Aunque se estaba cansando de escucharlo, Bianca, que sintió curiosidad, levantó suavemente la cabeza para mirar a Zachary.
Su mandíbula, vista desde abajo, era tan fuerte y firme como siempre. Como si estuviera acostumbrado a semejante enemigo.
Por un momento, la cabeza de Bianca se mareó y se hizo difícil controlar su cuerpo. Tal vez fue porque inhaló demasiado aire repugnante.
Anteriormente, fingió tener dolor de cabeza para salir de la situación, pero ahora realmente le duele mucho. Bianca exhaló. Aún así, fue agradable salir de su vista.
El primero que notó su cuerpo tambaleante fue Zachary, quien casi la abrazó por el hombro. Cuando Zachary la miró desconcertado, el rostro de Bianca ya se había puesto pálido.
—Debes estar muy enferma. Pensé que era una mentira para evitar el lugar…
—Definitivamente fue una mentira antes.
—Creo que has conocido a demasiadas personas hoy.
—Sí, y algunos de ellos no fueron muy agradables.
Bianca era introvertida y no estaba acostumbrada a reunirse con nadie, así que cuando hablaba con más de un cierto número de personas, rápidamente se cansaba.
El vizconde Huegh y Jacob, con quién se encontró hoy, fueron suficientes para superar el umbral de Bianca. Así de reacia se sentía a ellos. La idea de encontrarse con ellos nuevamente en el futuro hizo que a Bianca le doliera el estómago.
Zachary preguntó preocupado por la mirada tambaleante de Bianca.
—¿Puedes caminar?
—Por supuesto.
Habló con audacia, pero su cabeza daba vueltas. A medida que aumentaba el vértigo, su visión se oscureció y fue difícil incluso dar un paso adelante. Zachary miró la condición de Bianca en silencio e insinuó como si hubiera tomado una decisión después de un tiempo.
—No lo creo…. ¿Qué tal si te llevo?
—Hay muchos ojos.
Blanca se sobresaltó.
No importa cuánto una esposa noble dejara todo en manos de otros, siempre tenía que mantener la espalda recta y mantener su dignidad. Sus pasos tenían que ser tan suaves como un cisne nadando tranquilamente en un lago. Si fuera incómodo moverse, preferiría sentarse en un palanquín que ser cargada por otro. Incluso si esa persona era su esposo.
A pesar de la renuencia de Bianca, Zachary no retrocedió fácilmente. Quería concederle a Bianca la mayoría de sus deseos, pero su salud era lo primero.
Desde el punto de vista de Zachary, Bianca parecía que colapsaría después de dar solo tres pasos. A diferencia de lo habitual, insistió con fuerza.
—Ya es tarde. No hay nadie que pase, y está oscuro, nadie nos verá.
—Incluso si es tarde, es posible que nos encontramos con un noble como con el que acabamos de lidiar.
—Entonces finge que te desmayaste. Te usaré como excusa para evitar a la gente.
Tan pronto como dijo eso, Zachary se inclinó hacia Bianca. Luego la tomó en sus brazos y la levantó. El proceso fue tan fácil que Bianca solo sintió que su mirada se movía, sin saber qué había pasado. Probablemente habría sido más difícil sostener a un gato que hacer esto.
Su visión de repente se elevó hacia arriba, y la cara de Zachary se presionó contra su nariz. Entonces puso observar, sus pómulos tan marcados como su barbilla, sus párpados dobles y sus largas pestañas tan claras como un ciervo blanco. Estas eran cosas que nunca había visto antes.
Parados uno al lado del otro, la diferencia de altura entre los dos era tan grande que la parte superior de Bianca llegaba al pecho de Zachary.
Entonces, excepto cuando lo veía de frente, Bianca siempre se veía obligada a mirar su barbilla. Como tal, cuando el rostro de Zachary se acercó, se sintió avergonzada. Sobresaltada, Bianca movió los brazos y las piernas.
Pero el brazo de Zachary que la sostenía no se movió. Más bien, Bianca podría caer, por lo que le dio fuerza a la mano que la sostenía. Para él, la resistencia de Bianca no era nada comparada con la vergüenza de un cachorro lloriqueando.
¿Por qué lo odia tanto? Zachary, que estaba desconcertado por la resistencia de Bianca, miró a Bianca con preocupación.
Sin embargo, Zachary también sintió su acercamiento.
La arruga entre el ceño fruncido. El iris verde claro que parece haber movido un campo primaveral. En particular, le llamaron la atención sus labios apretados, como si se estuviera resistiendo desesperadamente a escapar.
Inmediatamente levantó la cabeza. Su corazón comenzó a latir con fuerza. Fingiendo estar lo más tranquilo posible, Zachary dijo.
—No hagas eso porque es peligroso. Te llevaré a tus aposentos en un minuto.
—… Debes ir rápido. No quiero que otros me vean.
Al darse cuenta de que no había nada que pudiera hacer, Bianca dejó de resistirse y aflojó sus extremidades.
Sus débiles extremidades cayeron como algodón mojado, pero Zachary avanzó como si no pesara nada. Caminaba rápido.
Las delgadas piernas de Bianca temblaron en el aire. Con cada paso que daba Zachary, su cuerpo se sacudía arriba y abajo. Bianca, temiendo que pudiera caerse, rápidamente extendió la mano para alcanzar el cuello de Zachary. No fue suficiente abrazar su cuello con fuerza, así que enterró su rostro en su cuello.
Tenía miedo de que alguien más observará esta vergonzosa situación. Y no tenía la confianza para controlar su expresión si la descubrían.
El aroma del almizcle de Zachary impregnaba la punta de su nariz. Le hizo cosquillas sin razón, así que dejó escapar un suspiro. Por un momento, los pasos de Zachary se detuvieron.
En el momento en que Bianca levantó lentamente la cabeza ante la parada repentina, Zachary comenzó a caminar de nuevo. Bianca pensó que no sería gran cosa y volvió a hundir su rostro en el cuello de Zachary, como un pájaro escondiendo la cabeza entre las plumas hinchadas de su pecho.
Los pasos de Zachary eran más rápidos que los de Bianca. El paisaje que pasaba era como montar a caballo. Pero obviamente, fue un poco, un poco más lento que antes.
<Fin del volumen 2>
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