—Oh, el héroe de Sevran. Bienvenido, Conde Arno.
A pesar de la hospitalidad del alguna vez apuesto rey, Zachary permaneció en silencio. Al ver que no era amable ni halagador, el rey se alegró diciendo que un guerrero debería tener ese tipo de atmósfera.
Bianca, que estaba detrás de Zachary, también se inclinó ante el rey. Tan pronto como lo hizo, los ojos del rey se desviaron de Zachary y se centraron en Bianca. Los ojos azules cubiertos de ojos arrugados brillaron con frialdad.
—Eso es nuevo. Trajo a su esposa.
Bianca sonrió levemente y asintió con torpeza. Un agraciado perfil y una actitud relajada y elegante. Pero lo que acechaba en ella era la ansiedad de que pudiera cometer un error. Bianca dijo en voz baja, con las pestañas ligeramente bajas.
—Es un honor conocerlo, Su Majestad.
—Cuando supe que el Conde estaba comprometido con la familia Blanchefort, este anciano pidió que le mostrara a la Condesa, pero él se negó. Mostrarla ahora. ¿Es su última consideración antes de mi muerte?
La mirada del rey sobre Bianca estaba llena de favores. Por mucho que pensara en el príncipe Gautier como su sucesor, el rey estaba encantado con la familia Blanchefort, que apoyaba al príncipe Gautier.
Cuando Zachary, que estaba emergiendo como héroe, se casó con Bianca, el rey se sintió tan feliz como si un miembro de la familia real se hubiera casado.
Contrariamente a la actitud emocionada del rey, Zachary, quien siempre había mantenido su actitud indiferente, respondió sin rodeos.
—El cuerpo de mi esposa es débil, por lo que se ha estado recuperando en la finca. Y Su Majestad se encuentra perfectamente bien. Por favor, no bromee así.
—Ciertamente se ve débil…. la salud es lo más importante…
El rey murmuró para sí mismo y se enterró profundamente en el trono. No estaba claro si estaba hablando con Bianca o con sí mismo.
Bianca, que estaba agobiada por el favor del rey, cerró la boca aún más.
¿Qué le podría gustar al rey de una joven que conoció por primera vez? Un favor a Zachary, o un favor a la ancestral familia Blanchefort. Uno de los dos.
Bianca sabía que no era muy atractiva ni agradable. Si abre la boca, solo socavará el afecto que ha construido para los demás. Prefiere ser considerada tímida. Ella eligió el silencio y sonrió torpemente. Era una sonrisa forzada porque tenía que mantener la boca cerrada, ya que se trataba de un rey, y no debía darle la sensación de que no le gustaba.
Mientras tanto, Bianca sintió una mirada persistente sobre ella. Esa mirada era tan profunda que le picaba la piel. El sudor bajó por la espalda de Bianca, sintiendo instintivamente de dónde venía esa mirada. No sabe por qué «él» la mira con tanta tenacidad, pero si pretende no saberlo, pasará sin problemas….
Pero los pensamientos de Bianca se hicieron añicos en vano. Porque el rey le habló.
—Por cierto, es la primera vez que la Condesa ve a mis hijos. Este es mi hijo mayor, el Príncipe Gautier, y a la izquierda está mi segundo hijo, el Príncipe Jacob.
—… Encantada de conocerlos.
Obligada a presentarse, Bianca no tuvo más remedio que saludar a los príncipes. El razonamiento de que Bianca distinguía a los príncipes por la atmósfera que emanaban de su apariencia exterior era correcto. El príncipe Gautier, que tenía una impresión suave y parecía gustarle la poesía y tocar el laúd, sonrió a la esposa de su vasallo, Bianca. Dado que Bianca no era más que un trampolín entre Arno y los Blanchefort, no habría ninguna razón para que el príncipe Gautier no la tratara con amabilidad.
«El Príncipe Jacob, por otro lado….»
Tan pronto como sus ojos se encontraron con Jacob, se le puso la piel de gallina. Jacob, quien heredó la sangre de la familia Sevran, era guapo con cabello rubio brillante, pero la atmósfera amenazante que lo rodeaba hizo que se olvidara de su apariencia. El rostro de Bianca se endureció ante la advertencia que sonó como un grito que recorrió su columna vertebral.
Deben haber sido los mismos ojos azules que el príncipe Gautier, pero los ojos del príncipe Jacob brillaban como una bestia a punto de cazar a su presa. Incluso sin preguntar, podía decir que él era el dueño de la mirada tenaz que la miraba. Bianca, que se sintió incómoda con su mirada, no tuvo más remedio que girar la cabeza primero, aunque no fue cortés.
«Él solo me está mirando porque no le gusto, no es nada. Para él, Blanchefort y Arno son una espina en el ojo…»
Bianca logró deshacerse de su ansiedad, pero sus pensamientos no se desvanecieron fácilmente. Como si ridiculizara los pensamientos de Bianca, Jacob curvó los ojos, sonrió suavemente y le habló a Bianca. Contrariamente a la suave sonrisa de Gautier, la pretensión goteaba de él.
—Como ha venido hasta la capital para celebrar el compromiso de Albert, no dude en hacérmelo saber si se siente incómoda mientras permanece aquí.
Los rostros de todos en la sala de recepción, excepto el rey, se endurecieron ante las palabras notablemente suaves de Jacob. Las palabras de Jacob deberían haber venido del padre de Albert, el príncipe Gautier. En primer lugar, no sabe si Jacob se preocupaba por su sobrino Albert o no.
Pero Albert debería ser una monstruosidad para Jacob mientras libraba una guerra fría con Gautier por el trono.
A Bianca le dio vueltas la cabeza.
«Decirme algo incómodo, que no debe ser cierto, ¿por qué diablos lo está haciendo?»
No importa cuánto lo intentó, no pudo pensar en nada. Bianca no era la única que no podía entender las intenciones de Jacob, Gautier miró a Jacob con ojos cuestionables. Pero Jacob solo miró a Bianca sin avergonzarse.
Solo el rey no se dio cuenta de la sutileza de esta situación. El rey se inclinó hacia Jacob, que estaba de pie a la izquierda, y preguntó en broma.
—¿Qué estás haciendo?
—Nuestro héroe de Sevran vino aquí temprano con la joven condesa, que se había estado escondiendo en secreto, para el compromiso de mi sobrino, como tío debo tratarlos como tal.
—Estoy orgulloso de ti por pensar eso.
—Su Majestad, ahora tengo más de treinta años. Estoy más allá de mi edad encomiable.
Al ver al rey y a Jacob hablar de manera amistosa, el príncipe Gautier se rió torpemente. Cuando el rey se reía, también lo hacía, pero no era una situación en la que realmente pudiera reír.
Si hubiera sido rey en el pasado, habría leído rápidamente la disputa entre sus dos hijos, pero ahora es viejo y sin energía. ¿Es porque no quiere agrandar la situación poniéndola patas arriba? ¿Estás fingiendo no saber, o realmente no lo sabes? El rey se rió entre dientes y le dijo a Zachary.
—El viaje debe haber sido difícil, así que entra y descansa. El príncipe Jacob dijo eso, así que si tienes alguna molestia, siempre puedes decírselo al príncipe.
—… entendido, Su Majestad.
Zachary respondió con una actitud inmutable y contundente. Fue una respuesta breve, pero Bianca leyó el desagrado en ella. Quizás por la misma expresión indiferente de siempre, Bianca fue la única que reconoció sus pensamientos más íntimos.
Bianca suspiró por dentro. Sabía que Zachary estaba bastante involucrado en la lucha política, pero no sabía que estaba lo suficientemente involucrado como para que Jacob la atacará directamente.
No habría venido a la capital si hubiera sabido que la examinarían tan abiertamente. La vida en la capital no parecía fácil.
* * *
Bianca salió de la sala de recepción y dejó escapar un suspiro que había estado conteniendo. Las yemas de sus dedos estaban frías porque todavía estaba nerviosa.
Zachary mantuvo la boca cerrada y caminó mirando al frente. Bianca también optó por permanecer en silencio ya que parecía sentirse incómodo. No serviría de nada irritarlo.
Como si hubiera escapado de la sala de recepción hasta cierto punto, mientras pasaba por el pasillo, Zachary de repente dijo.
—… Si necesitas algo, solo dímelo.
Las palabras de Zachary fueron repentinas, y Bianca se quedó perdida y en silencio. No fue hasta un momento después que Bianca se dio cuenta de que la historia de Zachary se debía a las palabras de Jacob.
Zachary se volvió hacia Bianca. Sus ojos negros incluso parecían ansiosos. Tal vez pensó que Bianca estaba en silencio debido a sus preocupaciones, Zachary continuó advirtiendo.
—Nunca debes llamarlo.
—Yo también soy la hija de Blanchefort. Sé muy bien que tú y yo no deberíamos ser cercanos al segundo Príncipe, ya que nuestro matrimonio fue para apoyar al primer Príncipe
—……
¿Zachary realmente pensó que iba a llamar al Príncipe Jacob? Entonces debió pensar en ella como una idiota. Bianca sabía cómo funcionaba la situación política y lo que era correcto en tal situación.
Bianca trató de tranquilizar a Zachary recordándole la situación política que había captado, en lugar de enfadarse con él. Pero el rostro de Zachary aún parecía inquieto.
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