Capítulo 15
Me di cuenta de que era una suerte haber ido primero a un balcón. A medida que se acercaba la medianoche, los balcones se llenaron tanto como el vestíbulo antes.
Mi familia se cogió de la mano mientras mirábamos al cielo, cada uno comentando lo estupendo que era haber conseguido un buen sitio con antelación.
La tan esperada estrella Irene estaba a punto de brillar con fuerza. Era una estrella que veía a menudo cuando era joven, pero ahora me parecía más especial porque era mi ceremonia de mayoría de edad.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, notaba que la estrella era un poco diferente a como la veía todos los años.
Antes, por mucho que brillara, la luna seguía siendo más brillante. Aun así, parecía que esta noche estaba especialmente deslumbrante.
Pero tal vez no sea sólo mi imaginación.
Sólo con oír el bullicio a mi alrededor, está claro que otras personas también se habían dado cuenta de que la estrella Irene brillaba mucho esta noche.
«Por casualidad, ¿es porque han encontrado a la Santa?».
«Vaya, creo que tiene razón, señora. Es un día verdaderamente especial».
La ceremonia de mayoría de edad de una persona, tal y como la celebraba la familia imperial, era una vez en la vida.
Y gracias a la estrella Irene, que emitía una luz mucho más brillante de lo habitual, el palacio se llenó de alegres comentarios.
«Rin, deseo tu bendición, bajo la estrella de tu tocaya.»
«Te amo, Rin.»
«Yo también».
Al recibir las bendiciones de mi familia, cerré los ojos suavemente.
Junté mis manos con fuerza y seguí los procedimientos de la ceremonia de mayoría de edad. Por supuesto, no sólo yo, sino todos los que estaban a punto de convertirse en adultos rezaban.
Con la estrella brillante en mi mente, recé por mi familia.
Por favor, deseo que nadie salga herido.
Deseo que todos vivan mucho tiempo con buena salud.
Deseo que podamos permanecer juntos durante muchos años.
Y, especialmente, deseo que mi hermano y mi padre tengan la mayor de las suertes.
Por favor, que siempre estén del lado de la suerte, por favor, sálvalos de cualquier peligro al que puedan enfrentarse.
En aquel momento, una suave energía parecía rodearme. Esa sensación de plenitud me subía desde la punta de los dedos de los pies hasta abrazarme. Era una sensación a la vez desconocida y familiar.
Cierto. Era la misma sensación de plenitud que tenía cuando aún era guía.
Desde la coronilla de mi cabeza, sentía como un poder divino que se derramaba lentamente. Hacía frío, pero no mordía como la escarcha de un glaciar. Esta energía refrescante bajaba por mi cuerpo hasta los dedos de los pies.
Era como si dios hubiera hecho acto de presencia, aunque yo no creyera en ese dios.
¿Era esto lo que se sentía al recibir la bendición de dios, de la que mamá siempre había hablado?
Era una sensación realmente extraña.
Cuando volví a abrir los ojos, vi que mi familia me observaba atentamente.
Entonces, mamá se adelantó primero y me estrechó entre sus brazos.
«Que la bendición del Todopoderoso Asteras esté contigo».
«Rin, rezo para que tu vida esté llena de bendiciones».
«Hija mía, sabes que este papá tuyo es el que más te quiere, ¿verdad? Pero Dios también te amará mucho. Puedo ceder el primer puesto y dejar que Dios te ame más. Deseo que recibas la mayor cantidad de bendiciones del mundo».
Apartando la extraña sensación de mi mente, les contesté en voz baja.
«Muchas gracias. Os quiero».
A lo largo de mi vida aquí, siempre les había escuchado decir lo mucho que me querían, pero nunca se lo había respondido.
Entonces, mi familia me miró con los ojos muy abiertos por un momento, antes de que todos me abrazaran con la más brillante de las sonrisas.
Antes de esto, no esperaba gran cosa de mi ceremonia de mayoría de edad, pero tenía la sensación de que nunca olvidaría lo que había pasado esta noche.
Mamá dijo que debíamos volver a casa antes de que los demás asistentes se reunieran una vez más, así que nos dirigimos de nuevo a la sala, aún abarrotada.
Cuando estábamos a punto de abandonar la sala del banquete, un asistente de palacio que estaba junto al portero se acercó a nosotros y nos tendió una pequeña caja.
«Su Majestad la Emperatriz concede a todos los que han alcanzado hoy la mayoría de edad este regalo».
«Oh mi… Como era de esperar de la bondad de Su Majestad. Incluso gastó tanto.»
Encantada, mamá se tapó la boca con las manos. Después de recibir la caja del asistente de palacio, le di las gracias e hice una ligera reverencia.
«Por favor, exprese mi humilde gratitud hacia Su Majestad la Emperatriz.»
Es dudoso que las palabras de la hija de un barón lleguen a la emperatriz, pero aun así, era la respuesta de cortesía adecuada.
El asistente de palacio asintió después de que yo hiciera una reverencia.
Caminamos por los silenciosos pasillos en dirección al lugar donde se alineaban los carruajes.
Sin embargo, alguien pasó rápidamente a nuestro lado. Un olor corporal familiar tocó la punta de mi nariz, pero pronto desapareció.
Ciel pasó y no pude evitar mirarlo.
Entonces, de repente se dio la vuelta.
Mis ojos se dirigieron hacia él, por lo que parpadeé lentamente al sorprenderme.
Brevemente, mi mirada se encontró en el aire con sus profundos ojos azules.
En el pasado, cuando nuestros ojos se encontraban, había un momento en que mi corazón latía tan fuerte que parecía que iba a explotar.
A veces me preguntaba si mi corazón tenía algún problema por lo fuerte que latía.
Sin embargo, aquel corazón ya estaba muerto, y ahora ya no oía el mismo ritmo frenético.
Lo único que sentía ahora era un poco de curiosidad.
¿Por qué un duque como él deambulaba por un pasillo? ¿No debería estar ahora mismo con el príncipe heredero? ¿Y con la santa, Seo-yoon?
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