Capítulo 9
Hasta que no desapareció la fila de carruajes, mi familia no pudo entrar en el palacio. Esperamos mucho tiempo. Pero después de entrar, me di cuenta de que la espera había merecido la pena.
Guiados por un asistente de palacio, nos dirigíamos ahora a la sala de banquetes, y había flores de colores pastel floreciendo espectacularmente en sus jarrones por todas partes.
Los ricos y coloridos adornos que se veían a cada paso me hacían sentir aturdida.
Tras cruzar el pasillo, que me hizo sentir como si entráramos en un mundo diferente, al final había unas enormes puertas dobles.
En ellas había grabadas una estrella, una luna y un sol.
Era la insignia de la Familia Imperial Stern.
Al abrirse las puertas, parecía realmente como si hubiera un mundo diferente al otro lado de aquel umbral.
El gran salón estaba repleto de nobles ataviados con ropajes más coloridos que las flores que vi en nuestro camino hacia aquí.
Estaban reunidos de dos en dos y de tres en tres, riendo alegremente mientras bebían su champán y agitaban sus abanicos plegables.
Eran personas que vivían una vida completamente distinta a la mía.
Al entrar en el salón junto con mi familia, se me pasó por la cabeza que nosotros éramos aristócratas por igual, pero ellos eran mucho más diferentes.
Incluso mamá, papá y David miraban a su alrededor como si estuvieran totalmente asombrados y embelesados.
«Rin, ven por aquí. Caramba, parece que están aquí todos los nobles de todo el Imperio. ¿No es así, cariño?»
«Hoho, ya que se dice que la Santa también asistirá, parece que no se guardaron nada con la ceremonia de mayoría de edad de este año».
«Ciertamente, no va a ser fácil ver a la Santa…»
«Rin, toma mi mano. Toma.»
Apenas había espacio para pasar dentro de esta abarrotada sala, pero me las arreglé para moverme mientras agarraba con fuerza la mano de mi hermano mayor.
Los asistentes del palacio se movían sin problemas entre la multitud incluso con las manos ocupadas con bandejas de champán, y mientras mi hermano y yo pasábamos, no pude evitar mirarlos con asombro.
Había mucha gente de mi edad. Las jóvenes que me rodeaban llevaban vestidos de colores pastel, y los jóvenes señores, trajes de color marfil o crema.
Más que una moda o un estilo en boga, en el Imperio de Stern era costumbre que las personas por debajo de la edad adulta vistieran atuendos en tonos pastel, pero nunca después de la mayoría de edad.
Así pues, hoy era el último día para que los asistentes al baile de hoy vistieran ropa en tonos pastel.
Por supuesto, yo también llevaba un vestido rosa pálido, por recomendación de mamá. Comparado con los trajes de las otras jóvenes, mi vestido era menos llamativo, pero me gustaba más porque era sencillo.
No había joyas adornando la tela, pero sí muchos encajes que mamá misma había confeccionado.
También llevaba unos guantes largos hechos igualmente de encaje para cubrir las marcas de quemaduras de mi brazo y mano derechos.
Mi largo cabello, que caía en cascada hasta mi cintura, estaba simplemente atado y decorado con rosas blancas.
La única joya que llevaba era un collar de peridoto que mamá había heredado de la abuela, y me gustaba porque tenía el mismo tono que mis ojos.
Cogimos gafas para nosotras y luego nos dirigimos hacia un rincón del salón.
Aunque, más bien, nos empujaron naturalmente hacia un lado. Nuestro territorio estaba tan al borde del imperio que sólo había unos pocos nobles que reconocieran nuestro apellido.
Una gran lámpara de araña colgaba en el centro de la sala, mientras que otras más pequeñas se intercalaban en otras partes de la sala, como estrellas alrededor de la luna.
Mientras sorbía mi vaso de zumo de albaricoque dulce, me quedé mirando el techo, las brillantes luces de arriba y, abajo, a la gente y sus coloridas ropas. Tranquila como estaba, disfruté viéndoles bailar.
Hacía mucho calor cuando estábamos en el carruaje, pero cuando llegamos a este lugar, la brisa del atardecer refrescaba.
Más de lo que pensaba, era agradable celebrar la ceremonia de mayoría de edad aquí.
Además, sé que empecé a leer la novela original de este mundo por mi marido de mi vida anterior, pero aún así estaba más emocionada de lo normal.
Después de todo, iba a ver a los personajes a los que me había encariñado mientras leía: la protagonista femenina y los protagonistas masculinos que la rodeaban.
«¡La Estrella del Imperio de Stern, Su Alteza Imperial el Príncipe Heredero, y Su Gracia el Duque de Leopardt están entrando! Atención todos».
Al grito del portero, la bulliciosa sala enmudeció de inmediato.
Todos se volvieron hacia las puertas dobles cerradas, con los ojos brillantes. Yo tampoco era diferente a ellos.
No pensé que sería capaz de ver al protagonista masculino principal y al secundario aquí al mismo tiempo.
Mi corazón latía con fuerza. ¿Tendrían realmente el aspecto que se describe en la novela?
Sentía curiosidad por el príncipe heredero, pero aún más por el duque, el protagonista secundario.
La única razón por la que había leído esta novela en mi vida anterior era mi marido.
Descubrí la novela por primera vez cuando me la presentó una guía de la Clase S. Era la misma persona que me la había contado. Fue la misma persona que me dijo que me alejara de mi marido, pero luego me regaló la novela. No entendía por qué lo había hecho.
Sin embargo, me sumergí inmediatamente en la novela porque se había mencionado el nombre de «Ciel».
Incluso las descripciones de este personaje me recordaban al Ciel que yo conocía, por lo que pronto se convirtió en una costumbre sacar la novela y leerla durante las noches que pasaba sola.
Pensé que la razón por la que había transmigrado en una novela así era tal vez por los sentimientos persistentes que tenía antes de morir, y por eso sucedió así.
Pero ahora mismo, lo único que sentía era simple curiosidad.
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