Ethel, absorta en su novela favorita, se ha casado con el hermano de la protagonista, Liena.
Ella pensó que serían una familia natural, pero se equivocó.
Cansada de un marido que sólo se preocupaba por su hermana, que era frío con ella y cuya atención siempre se centraba en Liena, solicitó el divorcio.
—¿Divorcio? De ninguna manera. Las cosas iban bien cuando estábamos juntos.
—¡Cuñada, piénsalo de nuevo!
A diferencia del pasado, ahora estoy decidida. No hay necesidad de reconsiderarlo.
—Entonces, ¿puedo recuperar la mina que es mi dote?
—Espera un momento, cuñada.
Necesitaba un asistente, así que recurrí al villano de la historia original.
—¿Quién diablos se atrevió a hacerte pasar un mal rato?
¿No es este hombre demasiado valioso para ser lastimado por Liena…?
—La única persona que quiero tener a mi lado eres tú, Ethel.
¿…A tu lado?
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